viernes, 20 de febrero de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? (Evangelio del día). Esta pregunta la lanza Jesús, no sólo a los fariseos, sino, también, a los discípulos de Juan. Y estos nos pueden ayudar a entender la cuestión. Los discípulos de Cristo entienden (aunque no siempre porque también "meten la pata") que la vida con el Maestro es distinta, es particular. Los discípulos de Juan no han dado el salto del "bautizo en el Espíritu", se quedan en el "bautizo de agua". Y, en ese contexto, podemos situarnos algunos e identificarnos con ellos; y percibir que también Jesús se dirige a nosotros. Cuaresma no es un tiempo de luto; ni momento de tristeza; ni hay que estar latigándose a cada rato; ni, como dice el Papa Francisco, poner "cara de vinagre"; ni, menos aún, vivirla como un tiempo litúrgico que hay que cumplir sin mas. La Cuaresma es para vivirla con Jesús y caminar con él hacia la Pascua, apoyado en tres "bastones": Oración, Penitencia y Caridad. Así podemos vivirla con buen humor, sin tristeza, aunque con severidad y responsabilidad –que nada de esto está reñido–. En la primera Lectura, Dios, también, nos lanza otra pregunta: ¿Es ése el ayuno que el Señor desea? Y la respuesta es dada: «No cerrarte a tu propia carne», no vivir egoístas y encerrados en ti mismo, ábrete al otro y caminar la Cuaresma juntos. Pues que Jesús nos vaya alentando este caminar cuaresmal. Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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