¡Cómo pasa el tiempo! Han pasado dos semanas desde que nos fuéramos para estar diez días en mi querido pueblo de Villaluenga del Rosario y una desde que mis queridos amigos y hermanos en todo, José Carlos y Aurora nos visitaran en nuestra casa que resguarda impenitentemente el "Caíllo" y descubrieran, de primera mano, la causa por la cual he dejado casi todo, el por qué de mi enamoramiento por este bello lugar que ya también es un poco suyo así como de mi cambio en muchos sentidos.
Hoy quiero escribir sobre una persona, una mujer, extraordinaria. ¡Qué fácil es escribir de la gente buena! ¡Y ella lo es!
Debo decir que gracias a ella me pude enamorar al cien por cien de Villaluenga del Rosario. Os cuento: Nosotros habíamos ido a este bonito pueblo en febrero de hace dos años, yo iba bastante mal de mi enfermedad digestiva y fuimos alojados en el hotel, nuestra estancia fue buena, muy corta y en mi caso, por mis padecimientos, algo molesta. No obstante al volver de este encantador lugar sufrí una grave crisis que hizo que estuviera, literalmente, quitado del medio más de un mes.
Pasado algo más de un año me volvió a repetir la crisis y el médico me aconsejó descanso absoluto, incluido un aislamiento pues necesitaba desconectar, programamos volver a Villaluenga del Rosario pues en ella encontramos, en su momento, mucha paz. ¡Y así lo hicimos!
Cuando llegamos al hotel "La Posada" nos encontramos a su directora y nos asignó uno de los apartamentos que tiene el hotel y gracias a ella a su eficacia y buen hacer pudimos, en los días que estuvimos, disfrutar hasta enamorarnos del lugar.
El convivir durante esos días con la buena gente, de sus costumbres, de sus cosas hizo que nos fuéramos envolviendo de Villaluenga del Rosario.
Cuando ya se acababa la estancia nos encontrábamos rendidos y cautivados por todo el pueblo y en una conversación casual se materializó lo que hoy es nuestra casa.
Ha pasado un año y ya nos consideran del pueblo, payoyos de adopción, somos unos más de este bello rincón, hasta estamos empadronados y hemos fijado allí nuestra residencia.
La mujer que nos abrió esa "ventana" al ofrecernos ese bonito apartamento en la Plaza Fernando Portillo y que hizo al habitar en el mismo durante esos días nos acabáramos enamorando del lugar es la directora del hotel "La Posada" de la cadena TUGASA, María Jesús Alberto Menacho.
Escribir de María Jesús es muy fácil porque ante todo y sobre todo es una gran persona y, por autonomasia, es una profesional como la copa de un pino. He podido observar a María Jesús en el desarrollo de sus funciones y ella ejerce la autoridad de su cargo a base de compañerismo, de hacer equipo y cuando actúas así sabes que tienes todas la de ganar pues el resto de tus compañeros siempre estarán a una contigo. Es inteligente y con grandes dosis de humanidad.
Elegante a más no poder en su fondo y en sus formas. María Jesús es el prototipo de mujer andaluza de la que pintara el renombrado Julio Moreno de Torres que supo exponer en sus lienzos el potencial de belleza de la mujer andaluza.
Oriunda de Grazalema, vive junto a su marido en Benaocaz aunque, en eso coincidimos, tiene fijada su residencia en nuestro querido pueblo.
Es la persona idónea en quien confiar porque es discreta, elegante, educada, servicial, si te puede hacer un favor se desvive, buena compañera, amiga. Ama a su familia y a su marido con desmesura y es una auténtica enamorada del mar, de la mar así como de los animales.
Es la buena compañera que se lleva bien con todos y con todos ejerce brillantemente su labor profesional aunque, esta es una opinión muy personal, cuando forman tandem con Berna aparece la cuadratura del círculo porque son la pareja profesional por definición que se comunican sin necesidad de hablarse.
Ella quiere a Villaluenga y nosotros la queremos a ella. Si hay alguien en quien todo el mundo se ponga de acuerdo, que todo el mundo esté contento y que caiga bien esa es mi querida amiga María Jesús Alberto Menacho.
Mi querida María Jesús:
Lo prometido es deuda. Te dije que el día menos pensado te dedicaría un post en este blog que es del Pueblo y por tanto también tuyo.
Gracias por ser como eres. Cada persona es única e irrepetible aunque habría que pedirle a Dios que pudiera haber más como tú, con tu forma de ser.
Un beso, querida amiga, y nos vemos pronto en nuestra querida Villaluenga del Rosario.
Jesús Rodríguez Arias
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