Fabián Picardo vuelve a la carga, el inefable e impresentable Ministro Principal de Gibraltar, ha dirigido toda clase de insultos y menosprecios a España, este personaje estrambótico que se parece a un tabernero de un antro de mala muerte, y su odio hacia la Nación vecina de sus aisladas tierras "británicas", que por mucho que le pese son españolas, ayer nada más y nada menos que en la Asamblea de la ONU. Nunca se pudo imaginar este señor, que ostenta un cargo similar al de un alcalde de pueblo, que su voz se escuchara en tan altos lugares del orbe mundial. Y si el no se lo podía creer, menos su mujer ante la cara de asombro que tiene permanentemente.
Este chico, muy británico él, desmerece el pueblo que gobierna. A mí, debo reconocerlo, me gusta ir a Gibraltar porque lo veo un pequeño trozo de tierra en el que están muchas culturas y costumbres a la vez. La verdad sea dicha que tiene su encanto, pero después de ver al mamarracho de Fabián y a sus habitantes con sus banderitas inglesas viendo pasar al hijo de la Reina de Inglaterra, el cual no lo conoce nadie con su esposa, no pienso a volver a pisar, por ahora, las tierras gibraltareñas. Ni para echar gasolina ni comprar chocolate porque no fumo y los licores prefiero comprarlos en España porque al menos una parte va para sostener a mi país que tan endeble está por culpa de los amigos de los llanitos: Zapatero y compañía.
Me imagino que Mr. Picardo, ¿A qué suena ridículo? estaría contentísimo con el ministro llorón de exteriores que teníamos; Moratinos y con el gobierno de Rodríguez Zapatero, el más ignorante e ignorado del Consejo de Estado, porque así los habitantes del Peñón tenían una categoría que no tendrán en la vida y que no le pertenece porque la historia es muy clara en este aspecto.
Bueno, a ver con qué nos sorprende el sr. Fabián en estos días. Aunque propongo una cosa; es muy sabido que los llanitos les encanta salir a tierras extranjeras, España, para ir a comer, divertirse, ir de compras. Pues cuando Fabián Picardo o algún llanito entre en un local, en un restaurante de España sea conminado a abandonar el local, existe el derecho de admisión, porque este señor amparado en los habitantes del Peñón que lo apoyan han insultado gravemente a nuestra Nación y ESPAÑA está ante todo.
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