Misioneros franciscanos al servicio
de la Tierra Santa
En las dos últimas semanas de noviembre, un insólito grupo de peregrinos ha recorrido Tierra Santa. Los quince franciscanos, destinados a guiar grupos en un futuro próximo, han recibido una intensa y acelerada formación.
La ocasión fue idea y ha estado organizada por fray Marcelo Cichinelli, responsable de la formación continua, y por los frailes docentes del Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén. «Estamos aquí por iniciativa nuestra, porque queremos realizar nuestro servicio de la mejor forma posible. Se trata de acompañar a los peregrinos y ayudarles a acoger en pocos días el misterio de la Revelación y la gracia de los santos lugares», explica fray Matteo Brena, comisario de Tierra Santa en Toscana y referente del grupo, compuesto por doce frailes italianos, comisarios de Tierra Santa, colaboradores y acompañantes de peregrinaciones, y por tres frailes que el año pasado entraron al servicio de la Custodia de Tierra Santa. Estos últimos han aprovechado la ocasión para profundizar en sus conocimientos. «Es necesario vivir primero la espiritualidad de los lugares, antes de poder animar espiritualmente a los grupos», añade fray Wander.
El programa es muy denso: visita a los santos lugares, encuentros con los frailes y conferencias para entender mejor el contexto. ¿Quiénes son los católicos de rito oriental? ¿Cuál es la actualidad política, social y geográfica de la región? ¿Cuál es la historia de la Iglesia en Tierra Santa desde la muerte de Cristo? ¿Por qué la liturgia en los santos lugares es distinta? Las respuestas a estas preguntas no son ya un secreto para los participantes y las notas y apuntes de las clases se van poco a poco guardando en sus bolsas. Entender la Custodia en sus distintas acciones pastorales, sociales y educativas es también uno de los principales objetivos. A tal fin se han organizado encuentros con los frailes y laicos que trabajan en cada lugar.
«Hemos recibido también una formación más técnica en el acompañamiento de los grupos –añade fray Matteo-. En cuanto al aspecto espiritual e histórico, podemos rezar y estudiar, pero para el resto, la experiencia es la mejor maestra. Nos hemos alojado en distintos hoteles israelíes, palestinos y en las Casa Nova. Nos hemos reunido con el fraile responsable del Christian Information Centre y el fraile que se ocupa de las reservas en las Casa Nova, hemos descubierto el funcionamiento de una agencia de peregrinaciones, etc.».
Como todos los grupos en peregrinación, los religiosos se encontraron al llegar al aeropuerto. «El tiempo pasado juntos nos ha permitido conocernos, descubrir mejor esta Tierra y el trabajo de la Custodia. Todo ha sido precioso porque hemos compartido nuestras experiencias de peregrinación y elaborado nuevas propuestas para el futuro. Todas las personas que vamos encontrando nos inspiran nuevas ideas». Fray Matteo evoca especialmente la posibilidad de hacer venir a los jóvenes, para que se puedan encontrar con las comunidades cristianas y locales y con las personas que trabajan para ayudarles a construir su vida. «Y, para las peregrinaciones clásicas», vamos a intentar poner en contacto a los peregrinos cada vez más con las actividades caritativas de la Custodia. Esto les permitirá darse cuenta de algunas realidades de la vida aquí y les podrá animar a apoyar dichas actividades».
Los doce franciscanos se preparan ya para volver a Italia, dispuestos a testimoniar que esta experiencia espiritual fuerte puede realizarse con total seguridad, a pesar de los que dicen los medios de comunicación; dispuestos a compartir su amor por Tierra Santa con los peregrinos futuros. No hay ninguna duda, les volveremos a ver pronto por aquí.
Hélène Morlet
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