

Mons. Martín recordó la importancia de crecer cada día en nuestra vida de oración, pues cuando volteamos a mirar la sociedad, llena de dolor y tantos males, ponemos “los ojos en la Virgen para decirle ‘Madre Nuestra, ten piedad de nosotros, mira nuestra aflicción y escucha nuestra súplica’”.
El Prelado hizo estas afirmaciones en el marco de la salida de la Catedral de la histórica imagen de Nuestra Señora del Rosario, Patrona de la ciudad y de la arquidiócesis.
La imagen se dirigió hasta la plaza Barrancas de la Ceibas, donde Mons. Martín presidió una Misa y recibió la imposición del palio arzobispal de manos del Nuncio Apostólico en Argentina, Mons. Emil Paul Tscherrig.
“¡Comuniquemos a los hermanos nuestros que Dios no se cansa de perdonar, y así pueda llegar el perdón a tantas almas que lo necesitan!”, exhortó el Prelado.
Para finalizar, el Arzobispo exhortó a los fieles a que renueven cada día su fidelidad al Sucesor de Pedro, quién nos da la garantía de estar en comunión con Jesús y en camino con la Iglesia. Además agradeció a los consagrados por su hermoso testimonio de mostrar a los fieles la “vida de Jesús, cuyo ser es obedecer al Padre y vivir en libertad”.
La Eucaristía fue concelebrada con Mons. Gustavo Help, Obispo de Venado Tuerto; Mons. Héctor Cardelli, Obispo de San Nicolás de los Arroyos; Mons. Eduardo Mirás, Arzobispo Emérito de Rosario; y Mons. Mario Luis Bautista Maulión, Arzobispo Emérito de Paraná.
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