viernes, 1 de mayo de 2015

ALIÁ; POR MARA HERRERA





                “En la medida que los gobiernos y los ciudadanos actúan en salvaguarda de sus compatriotas y semejantes sean o no ciudadanos de ese pais podemos medir la temperatura de la solidaridad y empatía de esos gobiernos y conciudadanos” (pensamiento personal)

                Estos días se van colando en las noticias habituales de la prensa, las matanzas de cristianos en muchas partes del mundo, aunque son noticias tímidas porque a la gran mayoría de los habitantes, en este caso de España, les preocupa más la tasa de paro y las próximas elecciones municipales con sus dimes y diretes de los distintos candidatos de los partidos que se presentan.

                Ahora también está en boga por unos días solamente, como mucho una semana, de la terrible situación que están pasando los nepalíes en su país debido al terremoto que ocurrió hace casi una semana. Pero nos durará lo justo hasta que sepamos que ha pasado con los ciudadanos españoles que faltan dentro del recuento de los que se supone que están allí por uno u otro motivo (turismo la mayoría).

                Ambas noticias se han hecho eco de una forma distinta, la de las matanzas de cristianos sobre todo en las comunidades cristianas y católicas que como mucho han reclamado oraciones para un retorno de la paz y el respeto, poco más pueden hacer, y la de Nepal, la voz indignada de familiares y amigos de esos españoles desaparecidos, ante la falta de ayuda por parte del gobierno para su evacuación, pero pocos he oído de personas que a su vez reclamen ayuda para los habitantes autóctonos de Nepal, quitando de aquellas personas que pertenecen a ONG y organizaciones dedicadas a trasladarse y colaborar en el rescate y ayuda en situaciones de grandes catástrofes. Dicho mal y pronto, porque el ministro Margallo estaba por allí, si no os garantizo que no hubiera habido una mínima ayuda ni para los unos ni para los otros, quitando de estas organizaciones acostumbradas a luchar contra estos devastadores desastres naturales. Seamos sinceros, nos importa poco lo que pase de fuera de las puertas de nuestra casa, sean cristianos o nepalíes, la excusa es que aquí hay muchos problemas, que aquí estamos muy mal, que yo no puedo hacer nada porque no tengo medios. Nos hemos metido en una dinámica de sálvese quien pueda que nos estamos equivocando porque como he dicho otras veces, el planeta tierra es uno y si se hunde, se hunde para todos con más o menos estilo, pero para todos el Titanic se hundió igual.


                Sin menospreciar la labor que han hecho bomberos y sanitarios voluntarios españoles que son magníficos y  que han acudido raudos a la llamada de esta nueva emergencia mundial, no deja de sorprenderme un grupo que desde siempre ha actuado con gran celeridad para ayudar a sus compatriotas y para moverse en caso de emergencia, los judíos.

                Para el primer caso que hemos hablado de la situación de los cristianos masacrados en algunos países árabes, lo judíos en el caso de sus compatriotas de religión judía sea de la parte del mundo que sean organizaron desde siempre las “Aliá”, puentes aéreos para evacuar a los judíos de cualquier parte del mundo que estuvieran en peligro de muerte. Destacando las dos Aliá que se desarrollaron en Etiopia en los años 80 (1984, operación Moises) y 90 (1991, operación Salomón), donde se evacuaron via aérea a 56.000 judios etíopes. Y ahora en el caso del terremoto de Nepal, han evacuado a niños adoptados por familias judías de vientre de alquiler, rescatando a 25 niños. Además de enviar 7 aviones con 260 médicos y sanitarios, además de material para ayuda de emergencia, saltándose todo tipo de protocolos, atravesando el espacio aéreo de muchos países árabes, donde tienen restringido el vuelo para hacer que este fuera directo y sin escalas, luchando por conseguir los permisos necesarios en el mínimo tiempo posible.

                La capacidad de respuesta obviamente está apoyada por la capacidad económica de este pequeño país, muchas personas españolas dirán que España no tiene la economía en la actualidad para este despliegue solidario. Pero es que últimamente nosotros somos como un cero a la izquierda en cuanto a presión internacional. Todavía no he oído al gobierno español desarrollar una queja internacional sobre las matanzas de cristianos en otras partes del mundo, debe ser que como somos un estado laico, no entra dentro de la política internacional ese tipo de presiones, lo cual no deja de ser patético. Y claro, hay menos judíos que cristianos, pero no creo que eso sea motivo de cerrar los ojos y mirar para otro lado, sobre todo porque la problemática que los refugiados están causando y las muertes en el Mediterraneo es para echarse a llorar por la poca solidaridad general. Todo el mundo en Europa busca solucionarlo cerrando fronteras y  no buscando soluciones en los países donde se producen esos conflictos. Crear campos de refugiados no es la solución y cerrar fronteras tampoco y sé que hay poder para poder solucionarlo en el tiempo, pero llevamos años con este tipo de problemas y nadie mueve un pie más allá de buenas palabras diplomáticas y acuerdos de papel mojado a la espera de que ocurra otro asunto en política internacional que nos haga mirar con más interés a otro lado.

                Me duelen los ojos cuando he leído a algunos españoles criticar la evacuación del Nepal, porque les tuvieron horas en el aeropuerto y que el estado español debería de poco menos que parar el mundo para ir a rescatarlos. Sinceramente, cuando uno se va a un país del mal llamado Tercer Mundo, en plan turista, además de hacer un seguro, que muchas personas no lo hacen porque piensan que comprándose la ropa en Coronel Tapioca o el Decatlon ya están apañados ni se apuntan en las listas de ciudadanos que han entrado en el país, porque total, para qué, no va a pasar nada, que se planteen que sí pasan las cosas que luego no podemos tan fácilmente solucionar su evacuación, cuando hay cientos de miles de personas en peor situación como son los nepalíes que nadie los va a sacar de allí, un país en el que el gobierno apenas si existe y unas infraestructuras que se han volatilizado.

                Está claro que nosotros no somos Israel, pero echo de menos siempre una contundente queja en muchos casos de política internacional sobre todo en la situación de muchas personas inocentes que están muriendo no por catástrofes que eso es incontrolable, si no por tener ideas políticas o religiosas diferentes a las de los gobernantes de sus países. Pero vuelvo a pensar que para lo que nos interesa España es un país laico mal entendido, el humanismo y la salvaguarda de la vida humana solo interesa si con ello ganamos votos para nuestro partido.



SHABBAT SHALOM

Mara Herrera

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