viernes, 22 de agosto de 2014

ARZOBISPO DE BURGOS LLAMA A MOVILIZARSE PARA EVITAR UNA MAYOR TRAGEDIA EN IRAK.


Por Blanca Ruiz
Mons. Francisco Gil Hellín (Arzobispo de Burgos) - Foto: Conferencia Episcopal Española
Madrid, 21 Ago. 14 / 04:32 pm (ACI).- El Arzobispo de Burgos, Mons. Francisco Gil Hellín, ha enviado su carta pastoral semanal en la que habla de la eliminación de los cristianos en Oriente Medio. Haciendo referencia a unas declaraciones que el Cardenal Fernando Filoni ha hecho tras su visita a Irak. 
El Cardenal Filoni declaró en el periódico italiano Il Messagero que había encontrado al Papa Francisco “muy, muy preocupado” por la situación en Irak, país que recientemente visitó como enviado papal. “Siente sobre sí el drama de esta pobre gente, constreñida a abandonar todo para no morir. Centenares de miles de personas en fuga sin nada”, dijo. 
En su carta, el Arzobispo de Burgos toma estas palabras y la situación actual de Irak para denunciar lo “triste que es pensar que esto pueda ocurrir en pleno siglo XXI”. Y precisa que “es todavía más triste que ni siquiera los cristianos nos sintamos personalmente concernidos de verdad”, por lo que llama a movilizarse “para evitar una tragedia”.
“Independientemente de que sean cristianos, se trata de personas inocentes a quienes se niegan derechos tan fundamentales como es el permanecer en su casa y practicar la religión que, según su conciencia, deben seguir”, denuncia el Prelado.
Además Mons. Gil Hellín destaca que es llamativo que la comunidad internacional “no haya reaccionando con más prontitud y con más eficacia”, y apunta que como señala la doctrina social de la Iglesia, “el principio de humanidad, inscrito en la conciencia de cada persona y pueblo, conlleva la obligación de proteger a la población civil de los efectos de la guerra” y que “los conatos de eliminar  enteros grupos nacionales, étnicos, religiosos y lingüísticos son delitos contra Dios y contra la humanidad, y los autores de estos crímenes deben responder ante la justicia”. 
Y por eso explica que la comunidad internacional en su conjunto “tiene la obligación moral de intervenir a favor de aquellos grupos cuya supervivencia está amenazada o cuyos derechos humanos  fundamentales son gravemente violados”.
Mons. Gil recuerda también en su carta que “los cristianos llevamos la persecución, violenta o solapada pero real, en el DNI de nuestra fe”, pero precisa que “eso no nos priva de ejercer y reclamar los derechos que corresponden a toda persona humana, ni exime de responsabilidad y culpa a quienes los conculcan. Ser un ciudadano cristiano no conlleva privilegios pero tampoco discriminaciones. La verdad y la justicia son realidades de valor y aplicación universal”.
En ese sentido el Arzobispo de Burgos ha lamentado que pueda ocurrir algo similar en el en Norte de África: “Sería muy triste que la tierra donde el Cristianismo arraigó con fuerza desde los primeros siglos, corriese la misma suerte que las cristiandades del Norte de África”.
Y también ha recordado que “Irak no es el único lugar de conflicto. Lo son Nigeria, Pakistán, Sudán, Corea del Norte y tantos otros”, e incluso ha destacado la persecución que tiene lugar en Europa que aunque no se trata de una persecución física es “tan real como en otras latitudes”, dice. 
Mons. Gil Hellín ha terminado recordando que “ante esta situación es preciso pensar que la guerra –física o moral- es siempre una derrota del hombre y que con la violencia verbal o fáctica no construiremos una sociedad verdadera progresista, donde el gran beneficiario sea el hombre”. 

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