Hoy lunes me alejo de mis artículos en los que saco punta a la fauna que muchas veces nos rodea, me alejo de la opinión crítica, del apoyo manifiesto, de la defensa numantina de los valores en los que se fundamentan el humanismo cristiano...
Hoy lunes solamente quiero hablaros de dos buenas personas, dos queridos amigos, que después de superarse cada día, después de levantarse de los tropiezos, después de hacer juntos el Camino de Santiago, que es un poco el del día a día, el pasado 6 de octubre decidieron unirse para siempre en un ejemplo de entrega y Amor a tener muy en cuenta.
Hoy lunes en mi semanal tribuna en Información San Fernando quiero hablaros de Gabriel y Carmen...
Jesús Rodríguez Arias
GABRIEL
Y CARMEN
Os reconozco que por año que
cumplo soy más de La Isla y muy del Carmen pues crecí en torno a un barrio
humilde y marinero donde todos éramos un poco familia, cuya gran devoción es
una Virgen, con negros tirabuzones, que es Reina de la Mar y también del Monte
Carmelo. He recorrido cada tramo del viejo Convento donde te encontrabas cada
vez a los frailes carmelitas con sus hábitos marrones y como mejor calzado unas
simples sandalias. Sí, abrí los ojos junto a la Patrona de San Fernando, nos
separaba pared con pared, he crecido degustando una devoción tan única que
confieso que Dios nos hizo ese inmenso regalo y os puedo decir que cuando
cierro los ojos a mi infancia y primera juventud me acuerdo de las Callejuelas
de mi alma… Pero el Señor ha querido que en mi madurez haya descubierto otra
inmensa devoción en torno a María siempre Inmaculada como es Rosario que es la
Madre de toda Villaluenga…
Y fue en la víspera de la
Festividad de esta advocación cuya devoción expande devociones por doquier
cuando unos grandes amigos, eternos peregrinos en el Camino de la vida y
también de la Esperanza, se unían en matrimonio después de una historia de
superación continua, de amor, de entrega, de Fe… Sí, os hablo de mis queridos
amigos y hermanos Gabriel Álvarez Leiva y Carmen Martín Natera.
Gabi, del que ya os hablado en
alguna ocasión, en un hombre de honor, un periodista de raza, un persona que
vive la Fe desde las insondables profundidades de la misma. Gabriel es de ese tipo
de personas que puedes poner la mano en el fuego porque seguro no te quemas
porque ya se encarga él de que eso no suceda. Debo reconocer que lo admiro
profundamente pues habiendo probado el sabor del dolor, de la impotencia que da
el mismo desconsuelo, siempre se ha agarrado al bordón de la Fe para levantarse
y seguir caminando unos días arrastrando los pies y otros a paso ligero. Gran
parte de ese resurgir ha sido el que Dios haya puesto en su vida una mujer como
Carmen ya que es la simpatía hecha persona, la entrega, la valentía, la
capacidad de superarse cada día que pasa, de no amilanarse frente a los
padecimientos y la enfermedad. Carmen es ese tipo de personas que sus ojos
transmiten Alegría y Esperanza además de una inmensa Felicidad. Es un torbellino,
un necesario torbellino, para todos los que la tienen cerca, para todos
aquellos que necesitan ese aldabonazo de energía siempre positiva para seguir
adelante cada día de sus días.
Ahora Carmen y Gabriel son
marido y mujer, empiezan un proyecto vital inmenso, donde el Amor siempre se
escribe con mayúsculas, donde la Esperanza es ese camino que siempre nos hace
llegar al apóstol Santiago por medio de la Fe.
Os debo reconocer, queridos
amigos, que me ha alegrado mucho vuestra unión, porque os lo merecéis, porque
sois dos luchadores, dos supervivientes, de la misma vida. Habéis hecho de
vuestra existencia un camino de bondad, de entrega, de servir a los demás
porque esa es la única manera de hacerlo de verdad con el mismo Dios. Os doy
las gracias por compartir con todos los que os queremos vuestras vidas, vuestra
felicidad, vuestros proyectos, por enseñarnos que por mucho sufrimiento o
dolor, por mucho que la enfermedad pueda aminorar nuestro paso siempre hay un
motivo para estar alegres, para llevar la Esperanza como preciado guion que
ofrecer a todos sin excepción. Gracias por compartir vuestro maravilloso viaje
de novios a la eterna Roma. En un mundo virtual tan politizado y por tanto tan
cansino el poder disfrutar de unas preciosas imágenes y unas inmensas sonrisas
siempre es de agradecer…
Aunque ahora viene lo mejor
que es el día a día, cada uno con sus cosas, ya sea escuchando la melodiosa voz
de Gabi en las ondas por medio de la COPE o como Carmen junto a su equipo
organizan y proyectan lo que tengan que realizar para que las condiciones de
vida de los enfermos de Parkinson Jerez sean las más óptimas posible. Y cuando
lleguen a casa, que es donde verdaderamente descansan los guerreros, cojan cada
uno ese bordón de Amor y Esperanza mutua y transiten con una inmensa sonrisa
por ese camino que siempre llega a Santiago…
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