domingo, 8 de octubre de 2017

UN SAN MIGUEL ABARROTADO DESPIDIÓ A DON ÁNGEL

Diario de Jerez

Manuel Sotelino
A las diez de la mañana, la iglesia parroquial de San Miguel se encontraba sin bancas vacías. Parroquianos, fieles, amigos, familiares y representaciones políticas como es el caso de María José García Pelayo o miembros de la academia de San Dionisio, con su presidente al frente, Joaquín Ortiz Tardío, poblaban el templo a la espera del último adiós a Don Ángel Romero Castellano, párroco emérito de la collación. El sepelio fue presidido por el obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, José Mazuelos Pérez, que fue acompañado en el impresionante altar de San Miguel por todo el cabildo catedral, con sus canónigos con vestidura coral, y un gran número de sacerdotes diocesanos así como religiosos de distintas congregaciones con presencia en la ciudad.
El obispo de Asidonia-Jerez dedicó una sentida homilía para quien "fue un cura que siempre tuvo una palabra de aliento cuando había adversidades". En este sentido, Mazuelos Pérez, resaltó la capacidad de servicio de D. Ángel Romero y su "eclesialidad", la cual destacó cuando en su día fuera nombrado como obispo de la diócesis y que "a pesar de ser mucho más joven que él y con menos experiencia, nunca me trató como un niñato". Señaló que siempre tuvo el aliento de este cura que supo actualizarse hasta el punto de "trabajar mucho y bien como Vicario Judicial para actualizar la diócesis en distintos aspectos a los que el Papa Francisco nos llama en el estado de muchos cristianos en la sociedad actual".
Tras la Eucaristía, sus compañeros sacerdotes tomaron el féretro de Don Ángel y, de espalda al altar, tal como indica la liturgia en el caso del óbito de un sacerdote, sacaron al cura de San Miguel hasta la puerta de la parroquia para trasladarlo al cementerio de La Merced, en donde Don Ángel recibió sagrada sepultura.

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