Cómo cada miércoles despido la edición de SED VALIENTES con uno de los artículos que en su día se publicara en "RAÍCES DE GRAZALEMA" por nuestro querido y siempre recordado Diego Martínez Salas.
Hoy os traigo este que me ha gustado por cuanto significa pues es un homenaje a la memoria eterna de grazalemeños que ya partieron hacia la Casa del Padre y que seguro son muchos que al día de hoy mantienen en la memoria.
Nuestros pueblos, nuestras ciudades, la humanidad entera, no sería nada sin el recuerdo de las personas que aportaron su granito de arena y que ya no están. Cómo es el caso de nuestro querido Diego que se dedicó en cuerpo y alma a su Grazalema del corazón, que vivió y se desvivió para que la historia de su pueblo no se perdiera y que hoy ya no está con nosotros pero que gracias a su viuda, sus hijos, madre, familia, amigos así como el querido pueblo de Grazalema y todos los grazalemeños siempre estará en nuestra memoria y será recordado.
Por eso el motivo de que cada miércoles publique uno de sus artículos que es un sincero homenaje a su memoria y un reconocimiento a su familia y seres queridos.
Recibid todos un abrazo con sabor a eternidad,
Jesús Rodríguez Arias
raicesdegrazalema.wordpress.com
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….Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
B
ANTONIO BAREA BARROSO
Era hijo de Manuel Barea, maestro de horno de la familia Narváez y de Josefita Barroso, “la zamora”, a quien muchos recuerdan citando batiendo palmas, al toro de la Virgen del Carmen, año tras año hasta ser una anciana, a la altura de su casa en la Calle la Piedras.
Hermano de Juan, Carmen y Manolito Barea, contrajo matrimonio con Marquita Laura García Lobato, marchando a Bélgica a trabajar en las minas. Al poco tiempo de hacerlo, le siguió su mujer que cruzó media Europa con sus dos hijas pequeñas, atadas con un cordel a cada una de sus muñecas para que no se le perdieran entre el trajín de trenes, maletas y estaciones. Tras varios años de duro trabajo regresaron para instalarse en la provincia de Barcelona donde con los ahorros montaron y explotaron una pensión.
Allí criaron a sus hijas Pepa, Montse, Mariola y Mercé. Hace algunos años falleció Mariquita Laura tras una penosa enfermedad, y allí ha fallecido el pasado 16 de junio de 2.015 Antonio Barea Barroso “el zamoro”, mientras el San Cristóbal en un día gris y oscuro derramaba una fina lluvia como muestra de la tristeza que Grazalema siente por la muerte de otro de sus hijos. Descanse en Paz.
ALFONSO BORREGO “EL QUESCAS”
Alfonso Borrego García “el quescas”, estaba casada con Juana García Organvídez, hermana de Miguel “el peregrino”. Vivían en la casa que hace esquina entre las calles Arcos y San Juan. Allí atendía su barbería, donde una sonora campanilla daba la bienvenida a quien quisiese un pelado “al rape” con flequillo por seis reales. Dedicaba sus ratos libres a su amplia colección de canarios que cuidaba con mimo y cuyas jaulas colgaba diariamente en la pared de la vecina casa de Antonio “el feo” para disfrute de todos los vecinos que pasaban por esta popular calle. Allí criaron a su único hijo, Pepín que también cogía la maquinilla y el odiado pizarrín para curar los “tirones” que dejaba y que tras trabajar en el Ayuntamiento marchó a Madrid al opositar con éxito como funcionario de Justicia. Los achaques y la vejez de Alfonso y su mujer les obligaron a trasladarse a Madrid junto a su hijo donde murieron.
Juan Gómez nos dice: “Alfonso era un hombre polifacético, pues además de buen Barbero, en su casa vendía algunos artículos, como un reloj de pulsera DOGMA PRIMA, Quince Rubis. Aun lo conservamos, es de cuerda y escucharle el sonido del “Tic Tac” te transporta a otros tiempos. Y mi hermano Pepe se compro su primer pantalón baquero en casa del “Quesca”. Estos artículos creo que se los dejaba en depósito un hombre que conocíamos con el nombre de “El Legionario” y al parecer procedían de Gibraltar. Otra faceta de Alfonso era sus gallinas, era típica su imagen con el canastito de mimbre yendo y viniendo del gallinero. Pero lo que más me ha sorprendido, ha sido escucharle a mi hermano Pepe, que Alfonso le hacía cirugía a los pollos. Sí mi hermano (que también trabajó con gallinas), un día le invitó Alfonso a que presenciara como se castraba un pollo. Haciendo lo que se conoce como: Pollo Capón ó de engorde. La técnica la practicaba sobre una mesa en el gallinero e inmovilizaba al pollo (según arte) con unas cuerdas y pesas. Una sobre el cuello y cabeza, otra sobre las patas y una tercera sobre las alas cruzadas sobre sí mismas. Las pesas colgaban de las cuerdas y el pollo no se coscaba. Después le desplumaba debajo del ala y con un separador y a través de las costillas accedía al certero lugar donde completaba la certera cirugía. Dice que tenía su instrumental específico en una pequeña caja metálica. ¿Es ó no digno de admiración?. Un ejemplo más del pozo de sabiduría que acumulaban nuestros antepasados y como se transmitían los conocimientos de generación en generación”.
C
ANTONIO CASTRO DELGADO y JOSEFA GARCÍA SÁNCHEZ
Hijo de Gregorio Castro Pozo e Isabel Delgado Baños, nació en Grazalema el año 1912. Con 24 años le sorprendió la Guerra Civil, y la inmediata llegada de las tropas del General Varela a Grazalema, emprendiendo como otros muchos grazalemeños, la huida con su mujer Josefa y su pequeño hijo Gregorio, dirigiéndose primero a Ronda, y de allí a Málaga para volver a huir esta vez, hacia Almería ante la inminente conquista de Málaga por las tropas nacionales.
Sin poder imaginar las penalidades que iban a sufrir, comenzaron el camino de la Carretera de Almería donde fueron hostigados por la Armada Nacional, que no dudó en disparar su artillería sobre la masa de huidos, a pesar de que la columna estaba integrada en su mayoría por civiles y no por milicianos.
En el curso de esta huida, que ha quedado como uno de los episodios más dramáticos de la Guerra civil, vivieron un momento de especial peligro y dificultad, cuando a la altura del río de Vélez Málaga, se vieron en la necesidad de cruzar su cauce, crecido en grado sumo al haberse volado por los nacionales la presa del pantano. Allí agarrados unos a otros, para evitar ser arrastrados por la fuerza de las aguas y con el pequeño Gregorio de tan solo un año de edad, sobre los hombros de su padre, cruzaron el río, llegando a finalmente a Almería donde consiguieron tomar un tren y alcanzar Barcelona. Sin embargo, las penalidades y las carencias pasaron su dramática factura al joven matrimonio, falleciendo el pequeño Gregorio, que desnutrido y enfermo no pudo superar tan durísima prueba.
Finalizada la guerra, y de regreso a Grazalema forman una numerosa familia con sus hijos Antonio, María Isabel, Gregorio, Manuel, Francisco y Josefa, que el joven matrimonio saca adelante con gran esfuerzo y trabajo.
Para lograrlo, Antonio se ganará la vida, con una de sus grandes pasiones: la caza, y que como otros muchos grazalemeños practicará con la sola ayuda de sus perras y su hurones. Las perras siempre llevaban los mismos nombres: Diana y Canela con las que salía al campo en ocasiones con otros grandes amigos y “aficionaos”, como Juan y Guillermo Castro, y Juan el hormiga. Otra de sus formas de ganarse la vida era con las matanzas de los cerdos por San Martín, en las que se ayudaba siempre de su mujer. Más tarde fueron los churros, y finalmente el Kiosko que se encuentra asociado a nuestra infancia.
Cuando se dedicaba a los churros, los lunes del toro lo pasaba fatal, pues tenía que quitar el perol de aceite a toda prisa y aun caliente, para que el toro no se lo tirara. En una ocasión, estando delante del cine de invierno, se presentó el toro y tuvo que salir corriendo con el perol a refugiarse en la calleja de la Iglesia con el peligro que suponía llevar el aceite aun hirviendo
El 16 de febrero de 1.989, tras una larga vida llena de lucha y esfuerzo y con la satisfacción de haber sacado adelante a sus hijo, falleció este hombre bueno y paciente, cuyo único vicio fue llevar siempre un cigarrillo en sus labios y que consagró toda su vida a su familia y a su esposa a la que nunca dejó de manifestarle su profundo amor. Descansen en paz, y vivan en nuestro recuerdo para ejemplo de las futuras generaciones.
JOSE CASTRO VILCHES Y MARIA GARCÍA CALLE
Hijo de Juan Castro recibió de su padre la profesión de talabartero para lo que le envío a El Gastor para aprender el oficio bajo la tutela de Juanito Bodega, el más experto maestro de la sierra.
Tras regresar a Grazalema, montó su talabartería en donde hoy se encuentra el supermercado de su hijo Guillermo. A la espalda del taller, instaló también una bodega donde pisaba y elaboraba anualmente unas dos mil quinientas arrobas de vino, procedente de las uvas que producían las seis fanegas de vides que adquirió en Los Terrajos. La producción del vino, se mantendrá hasta 1.961, un año antes de su muerte, vendiéndose los barriles y las botas con sus madres que marcharon a El Gastor.
A pesar de ser un hombre de ideas republicanas y de izquierdas, hubo de esconderse durante los primeros días de la guerra civil en la tenería de su tío Juan Vilches que se encontraba en la Fuente Abajo, pues uno de los cabecillas anarquistas, lo buscaba para matarle por el simple hecho de haberse negado a hacerle una jáquima, para una bestia de su propiedad. Lo que sirve de muestra para comprender, el valor que tenía la vida humana durante esos años.
Hombre serio y de fuerte carácter, aunque afable con sus amigos; contrajo matrimonio con María Calle García. Dicen quienes la recuerdan que era una de las mujeres más guapas de Grazalema: alta, con unos hermosos ojos, y de carácter amable. Dotada de una gran inteligencia y memoria (al igual que su hermano Bartolomé “Breva”, uno de los últimos maestros de Campo); fue generosa y caritativa. Cualidades todas que hicieron que fuera muy querida en el pueblo.
Fueron sus hijos: Pepe (padre de Pepelino, Isabel y María Luisa), Juan e Isabel que fallecieron sin descendencia, Guillermo y Jaime.
La muerte de su hija Isabel en el año 1.941 (cuando la tisis hacía estragos en Grazalema y se llevó a la vez a tres amigas de la misma edad: Isabel, Carmela de la Crista y Rufina de la Vegeta); sumió a María García Calle en un profundo dolor que no le abandonó hasta su muerte en 1.968.
Como recuerda su hijo Guillermo, nunca más volvió a pisar la calle, salvo para acudir a cuidar la casa de su suegro Juan Castro, que vivía en la Alameda en la casa que hoy es de Teresita la Ciruela; visitas que realizaba sólo de madrugada, durante el tiempo imprescindible y hasta que falleció éste durante el Jueves Santo de 1.953.
Como anécdota contar que el fallecimiento de José Castro, se anunció con el ruido de una carraca que iba tocando un monaguillo por todas las calles del pueblo, por impedir la liturgia del Triduo Pascual, el toque de campanas. Desde entonces no ha vuelto a sonar una carraca en Grazalema.
Juan Castro Vilches falleció en Grazalema en 1.962, no sin antes haber enseñado el oficio a su hijo Guillermo Castro que recuerda como marchaba con su padre durante periodos de diez o quince días a Arroyomolinos para aviar las guarniciones de las numerosas bestias que integraban los hatos de los Villalba y de los Gabanillas, molineros de El Gastor y de Arroyomolinos por cierto padre el de Arroyomolinos de Aurora Nieto, mujer de Blas Gutiérrez.
D
JUAN DIANEZ POZO
A Juan Diánez Pozo casado con Josefa Pérez y padre de Ana y Antonia Diánez Perez, dedicamos un pequeño artículo donde puedes conocer algo mas de este hombre de bien que con sus versos nos dejo una viva imagen de la Grazalema de principios del S. XX
F
EMILIA FERNÁNDEZ GARCÍA
Hija de Pedro Fernández y de Emilia García Guerrero, era la mediana de tres hermanas: Ijnés, Emilia y Pilar.
Al quedar viuda y ante la exigua pensión de viudedad de un guardia civil, insuficiente para sostener a sus hijas; su madre se vio en la obligación de internar a la más pequeña en la Escuela de Huérfanos de la Guardia Civil de Valdemoro, donde permanecerá hasta los dieciocho años, sin más visitas ni contacto con su familia que durante las vacaciones de verano. Al comenzar cada septiembre, se repetían los llantos y lamentos de las hermanas y amigas de Pilar, ante el largo periodo de ausencia que se avecinaba y que se mantuvo hasta cumplir los 18 años.
Mientras iban pasando los años. Doña Emilia, Inés, dotada de una maravillosa voz y Emilia, ideaban mil recursos para poder sobrevivir en aquellos terribles años de miseria.
Con el tiempo, Inés, se casó con un joven administrador de correos que destinaron a Grazalema y marchó con él a Málaga, donde falleció pasados los años; mientras que Emilia permaneció con su madre hasta que una familia de Málaga que pasó una temporada en Grazalema, le ofreció trabajo en la capital , siempre y cuando dominara la máquina de escribir. Dicho y hecho, con una máquina de escribir de Antonio Salas y un método mecanográfico que se agenció, puso toda su paciencia, atención y perseverancia hasta que dominó a la perfección la mecanografía.
En Málaga, su carácter y profesionalidad le hicieron ganarse la confianza y el respeto de todas las personas que le conocieron, haciéndose finalmente cargo de la Academia CEDEN, donde trabajó en la céntrica calle Ángel y por donde pasaron buena parte de los malagueños que durante todos estos años se veían en la necesidad de aprender mecanografía, taquigrafía, etc.,.
Ávida de conocimientos, de una gran sensibilidad artística, aficionada a la lectura y la música, destacó por su simpatía, amabilidad, enorme generosidad y bondad. Falleció en Málaga tras una larga enfermedad. Descanse en paz esta grazalemeña de bien que en mi, como en tantos otros, dejó una huella imborrable.
ANA Y MANUEL RUIZ HIDALGO
A Manuel le llamaban “El Cantor” porque dotado de una gran voz, era el encargado del canto esencial en la liturgia de la época y del extraordinario órgano que existió en la Iglesia de la Encarnación. Vivía junto a sus hermanas en la casa que en su día fue el Hospital de la Santa Vera Cruz, junto a la Iglesia de San Juan, y que abandonaban durante el verano para trasladarse a una casa, la casa del señor gabrielito, que tenian sobre el as…
G
BENITO GARCÍA “EL PASTOR”
Benito García. Fue muy reputado por el dominio que tenía sobre sus perros turcos. Si quieres saber algo mas sobre él pincha en el enlace
JOSÉ GARCÍA SANMARTIN “FAENA” Y JOSEFA FUENTES CHAVES
Hombre trabajador y de gran inteligencia, vivió una gran parte de su vida en la Ribera, donde nacieron la mayor parte de sus hijos. En la foto de grupo aparecen de izquierda a derecha, su hija Rufina, la madre de todos Josefa mujer muy bondadosa y afable, responsable del buen talante de todos su hijos, su hija Josefa, Manolo, Isabel, Encarna, Paco, María y en primer plano Juan de Dios, Pepe y Rufo.
Cuando los hijos estuvieron en edad de trabajar marcharon al cortijo “La Motera” en El Gastor, para regresar años después a la Ribera donde trabajaron en el cortijo de “Puerto Clavijo”, adquiriendo más tarde el cortijo del “Tío Patatita”.
En el año 2.013, los Faena de Grazalema, se reunieron en nuestro pueblo dejándonos para el recuerdo una foto donde aparecen los abuelos, nietos y bisnietos de esta extensa bondadosa y extensa familia de Grazalema
(Texto de Francisco Menacho Fernández Menacho)
H
JUAN HEREDIA VAZQUEZ
Alcalde de Grazalema a fecha 18 de julio de 1.936, le tocó vivir uno de los periodos más difíciles de la historia de nuestro pueblo. Hombre de talante moderado intentó sin éxito evitar los incendios, asesinatos y saqueos cometidos durante los primeros días de la Guerra Civil por los anarquistas de la columna de Pedro López de Montejaque.
Si quieres saber mas sobre él y sobre este periodo convulso pincha el enlace
J
JOSÉ MARIA JIMÉNEZ RODRÍGUEZ
Nacido en Grazalema en 1.859, estudió Derecho en la Universidad de Sevilla titulándose posteriormente como Perito Mercantil, e ingresando en 1.875 en el Banco de España, donde llegó a ser Directo General de Sucursales. Publicó numerosos artículos en varias revistas especializadas, llegando a ganar en 1905, el prestigioso premio de economía “Conde de Toreno”. Benefició en todo lo que pudo a su pueblo que agradecido le dedico la antigua calle Hospital.
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CARLOS JIMÉNEZ RODRÍGUEZ
1860-1932
Sacerdote y arcipreste de Grazalema entre 1887 y 1932, dejó una profunda huella en los grazalemos de su época que ha motivado que aún se conserve su memoria. Si quieres saber mas pueden pinchar en el enlace.
AMIDEA JIMÉNEZ LAIGLESIA
Hija del Grazalemeño José María Jiménez y sobrina del sacerdote don Carlos Jiménez Rodríguez, mantuvo una profunda relación con Grazalema hasta el día de su muerte. De hecho se encuentra enterrada junto a su marido en el Cementerio de la Virgen de los Ángeles de la que fue camarera devota.
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DOLORES Y TERESA LÓPEZ
“Las niñas del Teléfono”.
Junto a su hermano Ramón, recibieron una esmerada educación musical de su padre “el maestro Villalobos”, alma de la Banda de Música de Grazalema de primeros del Siglo XX. Dolores tocaba el órgano en la Iglesia de una forma tan exquisita que solemnizaba de una forma especial todos los cultos de Grazalema, mientras Teresa se encargaba de la centralita telefónica del pueblo. Ramón se dedicó profesionalmente al piano acompañando a numerosas compañías por toda la geografía española recalando finalmente en Barcelona donde se casó y tiene descendencia de sus hijas Carmen y Rita, que fueron profesoras de su Conservatorio Superior de Música.
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RAMÓN LÓPEZ VILLALOBOS
Tras publicar las fotos de las hermanas Dolores y Teresa López, hemos encontrado un recorte del año 1912, en que se nos da noticia de uno de los primeros “conciertos” de su hermano Ramón y que aparece en esta foto junto a su padre Ramón López Villalobos. El artículo dice así:
“De Grazalema
En la Iglesia de San Juan de este pueblo se ha celebrado en el día de hoy solemne función en honor y gloria de San Luís Gonzaga protector de la infancia. Concurrieron a dicho acto los alumnos de las Escuelas Públicas que asisten a la Doctrina.Díjose Misa rezada que ofició el virtuoso sacerdote D. Carlos Jiménez Rodríguez acompañando en el melodium el niño Ramon López, y entonando el coro de niños, preciosos cánticos en honor al Santo. El dicho Sr. Cura una vez concluido el Evangelio, dirigió a los niños una plática, ensalzando las virtudes de tan ilustre Santo y exhortando a aquellos a que siguieran e imitaran las dotes de tan glorioso varón. Terminada la misa el Sr. Cura repartió a los niños preciosas estampas como recuerdo de tan simpática fiesta.”
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Teresa Mateos Rincón
TERESA MATEOS RINCÓN.
Teresa Mateos Rincón. Desde su casa de la Calle Empedrada o del Santo Cristo que era su nombre primitivo y en la que ya existió el obrador donde se elaboraban cubiletes y amarguillos, fue testigo de excepción de la dramática epidemia de cólera de 1855. Algunos de sus recuerdos los puedes encontrar en el artículo publicado en Raices de Grazalema. “Grazalema en los tiempos del Cólera”.
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Francisco Mateos Gago y Fernández
FRANCISCO MATEOS GAGO Y FERNANDEZ
Sacerdote, Canónigo de la Catedral de Sevilla y Catedrático de Teología de su Universidad, coleccionista y arqueólogo fundador de la Academia Sevillana de Estudios Arqueológicos, alcanzó notoriedad y gran influencia como polemista contrario al anticlericalismo liberal y revolucionario del último tercio del siglo XIX, y al darwinismo en boga defendido en la misma universidad por el profesor Antonio Machado y Núñez. Sus restos mortales descansan en el Panteón de Sevillanos Ilustres.
SALVADORA MENACHO LEBRÓN.
Salvadora “la palmera”
(Texto de Antonio Mateos)
Hace algo más de 20 años que nos dejó con su recuerdo que sigue vivo entre todos nosotros.
“Salvadora la Palmera” como les llamábamos, fué un ejemplo más de una mujer dulce trabajadora y con una larguísima historia de sacrificio y sufrimientos durante gran parte de su vida como cabeza de familia, que sufrió todo tipo de penalidades como me he referido en otra nota publicada anteriormente sobre la MEMORIA HISTÓRICA.
Madre de cinco hijos: Fernando, Juan, Vicente José y Rafael, sola y a merced de los tiempos difíciles de la represión y el mal trato de las autoridades del momento.
A Salvadora le debemos mucho respeto y admiración porque también en calidad de “Partera o Comadrona” ayudó a traer a este mundo muchos niños y niñas de Grazalema, entre ellos doy fe de mi hija mayor Leonor que después de 30 días falleció.
Ella fué una mujer disponible y agradecida para todos los trabajos que le eran encomendados, fué viuda de guerra y a la edad más necesaria de su vida le rebataron cruelmente a su querido esposo como a otras muchas de nuestro pueblo.
Salvadora, no hay papel disponible para contar toda tu historia pero estamos tu familia y nosotros que te conocimos recordándote tal y como tu eras…DEP.
N
MIGUEL NARANJO y MARÍA SANCHEZ
Como tantas grazalemeñas antiguas María Sánchez, “La briola” era una mujer de carácter. Estricta, trabajadora y activa,vestida siempre con el hábito de la Virgen del Carmen, solo mostraba interés por sus labores y tareas a las que se consagraba con ese nervio con el que se manejaban las mujeres de antes.
Dedicada en cuerpo y alma a su marido. Se levantaba antes del amanecer para que éste tuviese su desayuno en la mesa al levantarse y pudiese ver como toda la casa de la calle Nueva donde vivían, estaba recogida antes de que se marchase a trabajar. Y como muestra un botón, sus nietas, recuerdan como un día su abuelo al salir al patio le dio por coger la escoba para recoger las cuatro hojas que se habían caído del naranjo. Al verlo María cogió tal enfado, que no paró en echarle en cara a su marido que si es que se creía que ella era una floja como para que él tuviese que hacer esa tarea. ¡Que tiempos!
Por el contrario Miguel Naranjo “Fanfán”, era un hombre de trato tranquilo y pausado, abierto y reflexivo, siempre dispuesto a mantener una buena conversación y a conocer y tener nuevas experiencias, a pesar que casi nunca pudo salir de Grazalema a la que siempre estaba atada María. Incluso nonagenario mantenía esa capacidad de asombro propio de las almas inquietas. Construyéndose el pantano de Zahara decía “ese pantano no lo veré yo nunca lleno”. Por eso en cuanto embalsó por primera vez los nietos le llevaron para que disfrutase de esa pequeña ilusión fruto de su curiosidad innata.
Tras una vida plena, y cansado de pelear contra la enfermedad, falleció un 12 de diciembre de 2.002, a tan solo dos meses de cumplir cien años. Muerto Miguel, María que no podía concebir la vida sin el amor de su vida, marchitó su razón y se apagó poco a poco hasta morir en un triste otoño del año 2.004, rodeada de sus hijos Francisca, Ramona y Cándida y de sus nietos, que guardan su recuerdo como un verdadero tesoro.
VICENTE NARVAEZ
hijo de Vicente Narváez y Amalia vivían en la Ribera donde tenían un molino y desde donde se trasladaron a Grazalema instalándose en una casa de la Calle Arriba hasta que adquirieron la antigua farmacia de la Calle Arcos donde instalaron su despacho de pan y el horno. Vicente y Amalia tuvieron los siguientes hijos: Cristóbal que casó con Paquita Pimentel marchando a Jerez, Eduarda que contrajo matrimonio con Pepe Marín sin descendencia, Pepe que se estableció en Estepona, Lucas que casó con Josefita Vázquez con las que fue padre de Juan, y los trillizos Lucas, Vicente y Francisco Javier, y Juan que falleció soltero y sin descendencia.
Vicente Narváez contrajo matrimonio con Mariquita Manzano Ruiz con la que no tuvo hijos pero que se hicieron cargo de Francisco Javier cuando falleció su madre. Vicente Narvaez fue un personaje esencial para conocer la Grazalema de la posguerra pues aunque nunca quiso ser Alcalde difícilmente podía hacerse nada en ella durante largos años sin su conocimiento y beneplácito.
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LUIS, ANTONIO Y MARIA TERESA NIETO GARCIA “Los Choro”
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Hijos de Antonia García Organvídez y de Juan Nieto Rincón “el choro”, Luís fallecido el día 24 de junio de 2.015 era el cuarto de ocho hermanos: Leonor, Antonio, José, María Teresa, Juan, Luis, Rafael y Andrés. La familia vivía en “La Calderona”, donde continúa José, y desde donde diariamente acudía su madre para vender en la plaza de Abastos de Grazalema, las frutas y hortalizas que cultivaban su marido y sus hijos mayores.
De los hermanos ya fallecieron Antonio (cuyo amor al campo y a la naturaleza le hizo tener un gran conocimiento de las propiedades terapéuticas de las plantas de la sierra, acudiendo muchos en busca de su consejo sobre estos remedios naturales) y María Teresa cuya vida se perdió amargamente con el libre vuelo de su mente.
En cuanto a Luís se dedicó durante gran parte de su vida al ramo de los seguros. En los últimos años trabajó como Conserje del Colegio de Grazalema. Siempre dispuesto, siempre con buenas maneras, siempre amable. No hacía un mes que con enorme felicidad recogía el reconocimiento público de su trabajo, en un homenaje que le brindó el Ayuntamiento y la Comunidad educativa, cuando de forma súbita falleció dejando una profunda huella de dolor en todos los grazalemeños que siempre recordarán con cariño su sonrisa, su amabilidad. En definitiva su enorme humanidad.
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Filomena Organvídez Sizuela
Filomena Organvídez Sizuela, heredera de una tradición repostera familiar que hunde sus raices en los primeros años del S, XIX. Si quieres conocer su forma de hacer los cubiletes de Grazalema u otras muchas de las recetas típicas de esta población serrana pincha en el enlace
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DIONISIO PEREZ RODRIGUEZ
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Escritor, periodista y gastrónomo grazalemeño firmaba sus escritos culinarios bajo el pseudónimo POST-THEBUSSEM, y que convirtieron a este grazalemeño junto al también escritor gaditano Mariano Pardo de Figueroa, en los reivindicadores a principios del S. XX de una cocina propiamente española. Os dejamos el enlace a una recete antigua de Grazalema que nos ha llegado gracias a uno de sus brillantes artículos.
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JOSÉ PÉREZ MORENO
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José Pérez Moreno fue marido de María isabel Ramírez Benítez y padre de Josefa y María Pérez Ramírez, Vivían en la Calle que hay frente al Peñón de la Calle Nueva, camino de San José, en la acera de la izquierda. Aún mayor conservaba su porte alto y fuerte y erguido, con un gran empaque, cañero negro y chaleco., en invierno cambiaba la caña por un pasamontañas y pelliza.
R
FRANCISCO RIVAS JORDÁN DE URRIES. III Conde de la Salceda.
Hijo de Adolfo Rivas Peciña, y María del Pilar de Jordán de Urríes y Azara, nació en Zaragoza el 20 de enero de 1.895.
Tras estudiar derecho y dedicarse al ejercicio de la Abogacía, desempeñó el cargo de Teniente de Alcalde de Zaragoza y más tarde los gobiernos civiles de Pamplona, Logroño, San Sebastián y Sevilla, siendo Subgobernador del Banco de Crédito Local, cargo que ocupaba cuando murió.
Su relación con Grazalema le vino al contraer matrimonio en Madrid con Amidea Jiménez LaIglesia, hija del grazalemeño José María Jiménez Rodríguez que seguía manteniendo contacto con la localidad serrana a través de su tío, el sacerdote y arcipreste de Grazalema don Carlos Jiménez.
Siendo Gobernador Civil de Sevilla, comenzó a frecuentar Grazalema para pasar las vacaciones en compañía de sus hijos Adolfo y María del Pilar y de sus nietos mayores Pilar, Concha, Paquico y Quico, estableciendo con Grazalema una relación especial donde llegó a casar a su hija Pilar. Este aragonés volvió a nacer como grazalemeño, el día 14 de noviembre de 1.944, cuando la villa lo adoptó declarándolo hijo predilecto, en agradecimiento a todos los favores y servicios que le prestó y que no fueron pocos, durante los años de la posguerra.
Hombre sencillo, educado y bondadoso, en opinión de quienes lo conocieron, falleció en Grazalema de forma inopinada el 4 de agosto de 1.955 a los 63 años de edad. Desde entonces, este grazalemeño de profundas convicciones religiosas duerme en la esperanza de la resurrección bajo el manto de la Virgen de los Ángeles en el cementerio de su ermita acompañado de su esposa.
JUAN ROMÁN BORREGO: “EL HORMIGA”
FRANCISCO RUIZ FUREST
Ultimo sacerdote grazalemeño incardinado en el Obispado de Málaga, dejó un gratísimo recuerdo en todos los lugares donde desarrolló su ministerio.
ANA Y MANUEL RUIZ HIDALGO
Eran hijo de Francisco Ruiz Ruiz. A Manuel Ruiz Hidalgo le llamaban “El Cantor” porque dotado de una gran voz, era el encargado del canto; esencial en la liturgia de la época y del extraordinario órgano que existió en la Iglesia de la Encarnación. Vivía junto a sus hermanas en la casa que en su día fue el Hospital de la Santa Vera Cruz, junto a la Iglesia de San Juan, y que abandonaban durante el verano para trasladarse a la conocida como “Casa del Señor Gabrielito”, en el Asomadero.
En la fotografía aparece junto a su perro “Caribe”. Este turco fue muy popular en el pueblo porque servía como correo entre las hermanas de Manolo y éste. Todas las mañanas sus hermanas le enviaban al Ayuntamiento de donde era funcionario, con un cestita en la que portaba algunos calcetines para su hermano. Otras veces era Manolo “el cantor” el que enviaba a Caribe portando en su cesta las moñas de jazmines con las que les obsequiaba. A su paso por el Casino todos llamaban a Caribe para distraerlo de su misión, y les entregase la cesta. Caribe acudía a la llamada pero nunca consiguieron que entregara su cesto ni abandonó su encargo.
En la foto podemos ver también a una Anita Ruiz,, joven y soltera antes de contraer matrimonio con Ramón Manzano con el que se establecieron en la casa que hay en la Plaza Pequeña frente a la Encarnación y que hoy ocupa Isabelita Salas. Allí tuvieron a Mariquita y Paco Manzano. Y de allí sacaron a Ramón Manzano para asesinarlo durante los primeros días de la Guerra Civil.
Humilde zapatero remendón y sin adscripción política conocida; su crimen fue consumir las Sagradas Formas de la Iglesia antes de que llegase la columna anarquista de Pedro López y se profanase la iglesia.
Sola y con dos niños de corta edad, dejó a Mariquita al cuidado de sus hermanas, y marchó a Málaga a trabajar cosiendo y poder así asistir mejor al pequeño Paco Manzano que de salud delicada quedó internado en el colegio que los Salesianos regentaban en Málaga, donde adquirió dos de sus grandes devociones: su amor a la música y a María Auxiliadora.
CÁNDIDO RUIZ RUIZ
Maestro regeneraciorista, meteorólogo, poeta satírico y gran observador de la Grazalema de principios de Siglo XX.
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ANA RUIZ DORADO
Continuadora en el mantenimiento de la Estación meteorológica de Grazalema, fue la responsable de que la peculiar meteorología de Grazalema sea conocida a nivel nacional.
LUIS RUIZ DORADO
Responsable con su hermana Ana de la Estación, continuó la labor iniciada por su padre hasta transmitir el testigo de la misma. Si quieres conocer el origen de la Estación puedes leer el artículo que a ella dedicamos en su día.
S
JOSÉ SALAS MATEO
Era hijo de Antonio Salas Organvidez y Teresa Mateos Rincón, cuyos recuerdos publicamos en “Grazalema en los tiempos del Cólera”.
Hermano de Enrique, Gertrudis, Emilio, Antonio, Victoriano y Francisco (éste último padre de Antonio y Juan José Salas Ruiz) contrajo matrimonio con la también grazalemeña Rosa Fernández Ruiz, con la que tuvo a Teresa (1903) y Antonia (1.908) Ambas en la foto y a Antonio (1.914).
De oficio tejedor, se trasladó en 1.928 a Chiclana en las cercanías de la Torre del Puerco, lugar de la célebre batalla de la Barrosa, donde falleció en 1.933. Cada atardecer se sentaba a la puerta de su casa recordando con melancolía a Grazalema y a su Sierra, especialmente el día de la Virgen del Carmen, en el que volvía por unos momentos a su infancia remendando los cohetes de la noche de los fuegos.
ANTONIA SALAS FERNANDEZ (sentada) Y MARIA RUIZ FUREST
Muchos grazalemeños marcharon a otras tierras obligados por la necesidad, pero raro fue el grazalemeño que no dejó en estas tierras un trozo de su corazón. Ejemplo de esta constante, signo de buena raza, fue Antonia Salas Fernández.
Nacida el 8 de Septiembre 1.908, era la segunda, del matrimonio formado por el tejedor José Antonio Salas Mateos y Rosa Fernández Ruiz. Eran sus hermanos Teresa nacida 1903 y Antonio en1914.
Marcharon a la Barrosa en Chiclana en 1.928, pero siempre recordaría y transmitiría a sus hijas y nietos, sus recuerdos de Grazalema: la banda en la que tocaba su hermano Antonio, el toro, la Virgen de los Ángeles, los cultos de la Virgen del Carmen a cuyo fin la gente no se movía hasta que el coro de don Carlos Jiménez, donde cantaba entonaba la Salve Marinera, y que iniciaban con sus poderosas voces sus queridos primos Antonio y Juan José Salas; tras la cual todo el pueblo al unísono cantaba el himno marinero..
Su amor por Grazalema era tal que la mayor felicidad de sus últimos años, fue pode contemplar desde su ventana, durante las mañanas sin bruma, la cumbre del San Cristóbal. Hasta poco antes de morir, ya con 90 años, había perdido la conciencia de casi todo, salvo la de su condición de grazalemeña. Murió el 13 de Abril de 1.999 un día muy querido para ella, el 13 por San Antonio y martes por ser el día dedicado a Santa Ana, devociones antiguas de su tierra de Grazalema.
JUAN JOSÉ SALAS RUIZ Y MARÍA TERESA VAZQUEZ LERENA
Ella era hija de Francisco Vázquez, y Adela Lerena dueños de la pensión que existió en el solar en el que hoy se levanta el Disco Pub Tano, y hermana de Juan que falleció soltero y sin descendencia, Francisco que contrajo matrimonio con la rondeña Encarnación Terroba con la que se estableció en La Línea de la Concepción y de Antonio que marchó a Madrid a trabajar en el Banco de España.
Juan José, era hijo de Ana Ruiz Palacios y Francisco Salas Mateo quien al morir a los cuarenta años dejó huérfano a Juan José, quedando éste al cuidado de su madre y de su hermano Antonio Salas quién ejerció más como padre que como hermano mayor. Esta circunstancia hizo que ambos fuesen inseparables hasta que Juan José se trasladó a Ronda.
Desde pequeño tuvo fascinación por los primeros coches que llegaron a Grazalema. siendo aún un niño arrancó el automovil de un señor que fue a Grazalema, comenzando a conducirlo hasta que sin saber como pararlo terminó estrellado contra una pared. Quizás por eso condujo desde el año 1.926, uno de los dos taxis que existieron en Grazalema. (primero un Ford, y más tarde uno de los míticos Seat 1.500, que años mas tarde conducirá Jacinto García Ramírez, padre de Caty Garcia Naranjo)
La Guerra Civil le marcó profundamente al verse obligado a conducir alguno de los vehículos en los que se practicaron los “paseos” durante los primeros días de la guerra, viendo incluso como asesinaban ante sus ojos a un primo suyo de 16 años, Francisco Salas Naranjo, provocando la locura de su madre a la que se conocerá desde ese momento como a Carmelita la loca, objeto de bromas y chanzas de la inconsciente chiquillería..
Más tarde y acompañando a la gran cantidad de grazalemeños que huyeron primero a Ronda y más tarde a Málaga, sufrió el bombardeo que la armada nacionalista realizó sobre la masa de refugiados que huían de Málaga por la carretera de Almería. De aquella masacre sin sentido, recordará como tuvo que buscar el refugio tras el cadáver de una hermosa mujer para protegerse de la metralla.
Padre de Ana y de Francisco, era un hombre de profundos ojos verdes, simpático, de fuerte carácter y de una hermosa y potente voz que le hacia cantar Tangos como un profesional, emocionando a quienes le escuchaban. Ya con su hija casada con Miguel Moreno, se trasladó a Ronda donde trabajó para la empresa consignataria de la Estación de Ferrocarril y donde falleció a los 74 años de edad.
FRANCISCA Y MARIA SANCHEZ FERNANDEZ
Ejemplo vivo del carácter y forma de ser y comportarse de nuestras abuelas. Su aspecto constituye nuestra imagen corporativa.
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MIGUEL NARANJO Y MARIA SANCHEZ
Como tantas grazalemeñas antiguas María Sánchez, “La briola” era una mujer de carácter. Estricta, trabajadora y activa,vestida siempre con el hábito de la Virgen del Carmen, solo mostraba interés por sus labores y tareas a las que se consagraba con ese nervio con el que se manejaban las mujeres de antes.
Dedicada en cuerpo y alma a su marido. Se levantaba antes del amanecer para que éste tuviese su desayuno en la mesa al levantarse y pudiese ver como toda la casa de la calle Nueva donde vivían, estaba recogida antes de que se marchase a trabajar. Y como muestra un botón, sus nietas, recuerdan como un día su abuelo al salir al patio le dio por coger la escoba para recoger las cuatro hojas que se habían caído del naranjo. Al verlo María cogió tal enfado, que no paró en echarle en cara a su marido que si es que se creía que ella era una floja como para que él tuviese que hacer esa tarea. ¡Que tiempos!
Por el contrario Miguel Naranjo “Fanfán”, era un hombre de trato tranquilo y pausado, abierto y reflexivo, siempre dispuesto a mantener una buena conversación y a conocer y tener nuevas experiencias, a pesar que casi nunca pudo salir de Grazalema a la que siempre estaba atada María. Incluso nonagenario mantenía esa capacidad de asombro propio de las almas inquietas. Construyéndose el pantano de Zahara decía “ese pantano no lo veré yo nunca lleno”. Por eso en cuanto embalsó por primera vez los nietos le llevaron para que disfrutase de esa pequeña ilusión fruto de su curiosidad innata.
Tras una vida plena, y cansado de pelear contra la enfermedad, falleció un 12 de diciembre de 2.002, a tan solo dos meses de cumplir cien años. Muerto Miguel, María que no podía concebir la vida sin el amor de su vida, marchitó su razón y se apagó poco a poco hasta morir en un triste otoño del año 2.004, rodeada de sus hijos Francisca, Ramona y Cándida y de sus nietos, que guardan su recuerdo como un verdadero tesoro.
ISABEL SANCHEZ
Hermana de María y Francisca Sánchez a la que ya nos hemos referido aquí, contrajo matrimonio con Fernando Sánchez Castro; marchando a Ubrique donde se estableció y vive parte de su descendencia. Sin embargo, el traslado a la población hermana no le hizo olvidar sus raíces. Sus hijos María, Francisca, Juan y Bartolo recuerdan como su madre llevó a Grazalema y a sus hermanas siempre en el corazón. Persona noble y luchadora mientras vivió sentía la necesidad de acudir todos los meses a visitar a la Virgen de Lourdes de Grazalema como si la simple vista de las calles de su pueblo que recorrió durante su niñez sobre el trono gris de la sierra del Endrinal y la perseverancia en la devoción de su infancia y de sus mayores, le diera la fuerza suficiente para seguir viviendo y peleando. Fallecida ya hace muchos años, sus nietos, mantienen vivo su recuerdo y el legado de su cariño por el que por herencia es ahora su pueblo de Grazalema.
FRANCISCO SANCHEZ RAMIREZ
MARIA DEL CARMEN SALAS ORGANVIDEZ (Mamen)
Nació en Grazalema hija de Antonio Salas Ruiz y Filomena Organvídez Sizuela. Séptima de ocho hermanos, contrajo matrimono con Paco Vazquez Pinzolas con los que tuvo a Francisco Javier y Margarita. Se fue apagando poco a poco hasta que falleció en Madrid el año 2.013. Como tantos Grazalemeños que así lo pidieron descansa en la ermita de la Virgen de los Ángeles de Grazalema.
Dicen que los recuerdos están llenos de poesía y belleza. Esa es la sensación que me embarga cuando recuerdo a Mamen. Su alegría, su sensibilidad reflejada en sus hermosos cuadros y su capacidad de amar y hacer la vida amable a los demás son el punto de partida que siempre ha de tenerse en cuenta para medir la grandeza de las almas escogidas.
JOSÉ SÁNCHEZ ROSA
Anarquista, pacifista y maestro regeneracionista, José Sánchez Rosa, representa la cara amable del anarquismo de la primera mitad del S, XX.
V
JUAN VALLE MENACHO
Este grazalemeño al que todos recuerdan por su naturaleza bondadosa quedó sordomudo como consecuencia de unas “fiebres” padecidas durante su infancia. Fueron Juan Valle y Mario Sánchez, los responsables de que no se perdiera la tradición de los paños y mantas de lana de Grazalema.
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ANTONIO VAZQUEZ LERENA (Sentado)
Antonio Vázquez Lerena era hijo de Francisco Vázquez y Adela Lerena, dueños de la Pensión que estaba en el solar en el que años después se instaló el Disco Pub Tano. Hermano de Juan que falleció soltero y sin descendencia Maria Teresa que casó con Juan José Salas y Francisco que contrajo matrimonio con la rondeña Encarnación Terroba con la que se estableció en La Linea de la Concepción.
Antonio Vázquez Lerena marchó a Madrid a trabajar en el Banco de España de la mano de José María Jiménez Laiglesia, contrayendo matrimonio con la navarra Consuelo Pinzolas, con la que tuvo a Adela fallecida a los dos años, Fernando, Francisco Vázquez, casado con Mamen Salas Organvídez, María Teresa y Amparo.
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JUAN VILCHEZ BAREA
Quien no recuerda a este hombre bueno, trabajador incansable y limpio de corazón como reza la placa que haciendo solo justicia se encuentra en la Iglesia de La Encarnación de Grazalema. Él y Cristóbal dieron lo mejor de sus vidas para su parroquia.
ANA VILLALOBOS HORNILLOS.
Esposa de José Sánchez Rosa, fue su inseparable compañera en sus aventuras pedagógicas y sindicales.
Entre ellos hay parte de mi familia
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