lunes, 17 de julio de 2017

CÁDIZ ARROPA A LA VIRGEN MARINERA


El paso de palio de la Virgen del Carmen pasa por delante de un establecimiento hotelero de la zona de la Alameda.
La festividad de la Virgen del Carmen fue puntual ayer en su cita con los gaditanos. A las ocho menos cinco de la tarde se abrían las puertas del templo y pocos minutos después, el paso de palio se asomaba a la Alameda arropado por numerosas personas que se agolpaban en los alrededores para ver salir a la patrona del mar y de la Armada española. La Salve Marinera sonaba dentro mientras la virgen recorría el pasillo de la iglesia para salir a las calles gaditanas. La banda de música La Oliva, de Salteras (Sevilla), la recibió con una marcha en homenaje a Pedro Morales, uno de los grandes compositores sevillanos.
Ya fuera de su templo el resto de cargadores se unió a sus compañeros bajo el manto de la Virgen, preparándose para recorrer la Alameda. No faltó la escolta de tres reservistas voluntarios de la Armada.
Ante la acogedora mirada de los allí presentes, el paso se situó y la banda creó un buen ambiente en una de esas jornadas que son esperadas con devoción por los fieles.
La Virgen procesionó en su paso de palio bordado por las Hermanas Trinitarias de Sevilla en 1928 y con orfebrería de Juan Landa, Jesús Domínguez y Manuel de los Ríos. También cabe destacar la cuadrilla de cargadores, que fue dirigida por Manuel Ruiz Gené, uno de los hombres que más peso está cogiendo en el mundo de la carga en la ciudad.
La procesión contó con la asistencia de Juan Enrique Sánchez Moreno, el delegado episcopal de Hermandades y Cofradías. También quiso acompañar a la Virgen el prior de los dominicos Pascual Saturio, que ha estado predicando la Novena de esta celebración durante estos días previos a la procesión de Alabanzas.
El recorrido de este año, incluyendo el regreso a su templo por la calle Bendición de Dios, hizo dos paradas, una primera en la iglesia San Francisco para conmemorar que el Caído ha celebrado este año su 75 aniversario fundacional; y la segunda en San Pablo, donde Ecce-Homo está celebrando sus 350 años de historia.
El calor reinante en la tarde-noche gaditana no fue un impedimento para que miles de personas se echaran a las calles del centro histórico para ver pasar a la Virgen del Carmen, a la Señora del Mentidero, a la más marinera, esa que cada año abandona su templo por culpa de una cita ineludible, la que tiene con su pueblo, en una ciudad que nunca le ha dado la espalda al mar ni a su imagen.

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