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miércoles, 17 de mayo de 2017
JUAN DIÁNEZ POZO.
Cada miércoles cierra edición SED VALIENTES con un nuevo artículo publicado en su día en "Raíces de Grazalema" cuyo alma mater fue nuestro recordado y querido Diego Martínez Salas.
Es una forma de mantenerlo vivo en nuestra memoria, que su gran legado y la de sus colaboradores no se olvide porque gracias a ellos conocemos un poco más y mejor a Grazalema.
Esta vez comparto el artículo dedicado a Juan Diánez Pozo que es uno de los más queridos poetas populares que "hundiendo sus raíces en tiempos remotos, transmitió las costumbres y vivencias de los hombres y mujeres de Grazalema de su tiempo".
Y con esta publicación quiero seguir rindiendo mi particular homenaje a la eterna memoria de Diego Martínez Salas así como a su viuda, hijos, madre, Familia, amigos, colaboradores y todo el pueblo de Grazalema y sus gentes.
Con Juan Diánez Pozo, se cierra una larga nómina de poetas populares, que hundiendo sus raíces en tiempos remotos, trasmitieron las costumbres y vivencias de los hombres y mujeres de Grazalema de su tiempo. Gracias a ellos, cada nueva generación ha podido “revivir” a sus mayores, para comprenderlos y amarlos mejor. Sin embargo, la oralidad de las composiciones de estos versistas, unido a su carácter popular no contribuyeron a la conservación de sus obras, ni de sus nombres, hasta que con la moderna irrupción de la etnografía y la antropología, se ha revalorizado el papel de estos poetas, como una importante herramienta para ahondar en el conocimiento integral de la cultura de los pueblos.
Este renovado interés por las composiciones populares y la aparición y generalización de los nuevos soportes de la imagen y el sonido, dieron publicidad a los versos de un ya septuagenario Juan Diánez, a través de las colaboraciones que realizó en los años ochenta en una naciente “Radio Grazalema”.
De especial interés es su “Relación poética del pueblo de Grazalema”. Extenso poema en el que nada queda omitido. Lugares, fincas, cortijos, calles, apodos, oficios, negocios, fiestas, costumbres etc; son repasados en unos sencillos versos que resultan de obligada lectura para conocer la Grazalema del primer tercio del Siglo XX.
Siguiendo la reseña biográfica de nuestro personaje que se publicó en un antiguo programa de fiestas, diremos que Juan Diánez Sáchez, nació el 17 de diciembre de 1908, en una Grazalema en la que la necesidad obligaba al trabajo infantil, de forma que sólo pudo aprender a leer y a escribir mientras cuidaba cochinos, cabras y ovejas en el campo.
La falta de medios, y el papel, los sustituyó con su ingenio, escribíendo en las “lajas” de piedra que iba encontrando. No es de extrañar, que desde pequeño se aficionara a la lectura y gustara de escribir pequeños poemas que dedicaba a los más variados temas; afición que trasladó en su juventud, a la composición de las letras de distintas murgas de carnaval, en las que participó activamente, mientras que con otros muchos grazalemeños marchaba a trabajar duramente en la campiña jerezana.
Tras contraer matrimonio con Josefa Pérez Gómez, tuvo que marchar a Cádiz donde trabajó en Astilleros Españoles y donde nacieron sus hijas, Ana y Antonia. Tras una vida dedicada al trabajo bien hecho (virtud añeja y hoy en decadencia), se jubila con el reconocimiento de sus compañeros de trabajo y sus superiores y regresa a Grazalema donde su hija Antonia se había establecido tras contraer matrimonio con nuestro Guillermo Castro.
Juan Diánez no solo nos permite conocer a nuestros abuelos. De la lectura de sus poemas, la mayoría desconocidos y que rogamos a sus familiares nos permitan publicar en esta página, puede concluirse que era un hombre dotado de una especial sensibilidad que le permitía percibir la realidad y las relaciones con los demás, con una vibración existencial mas fuerte que la que puede proporcionarnos el conocimiento de las cosas con la sola inteligencia. En un tiempo en que solo interesa que nuestros hijos estudien Inglés o informática, para servir a un rastrero mundo racionalista, hemos de volver al arte y a la poesía que cultivó Juan Dianez para despertar nuestra sensibilidad, y capacitarnos para disfrutar de la belleza, que nos reportará las emociones mas intensas y las emociones mas inolvidables.
Juan Diánez fue un hombre que percibió el valor de cultivar nuestra sensibilidad, llevando además la alegría y la paz en su palabra. Me emociono especialmente con su poema sobre la paz. Llamamiento al respeto y a una amable y solidaria convivencia entre todos, y a los mas mayores. Paz que suplicaba a las generaciones futuras, desde el amargo recuerdo de las vivencias de una guerra cruel y fratricida.
Os dejamos aquí un fragmento de su “Relación poética del pueblo de Grazalema”, y un enlace a la grabación íntegra del mismo y del que en uso de un juego muy extendido en la red, que mis paisanos conocen bien me permite decir que:
“No eres de Grazalema ni nunca lo podrás ser si no has escuchado los poemas de Juan Diánez Pozo”.
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