sábado, 15 de abril de 2017

* DESDE VILLALUENGA: SOLEDAD DE VILLALUENGA.


Son solo unas horas y parece que son días sin término. ¡Jesús ha Muerto y parece que todo ha terminado, que nada tiene sentido!

Pocos han estado junto a Él hasta el final. Solo los más fieles y SU MADRE: María es Dolor y Soledad.

Hacía pocas horas que había enterrado a Su Hijo tras las paredes de esa blanca y coqueta Ermita del Calvario. Allí reposa y allí ha de resucitar.

Ella a hombros de sus hijos amados ha vuelto solita hacia Villaluenga y unas horas más tardes todos los hijos de esta Villa la han acompañado en su transitar por las calles oscuras, vacías, huérfanas...

Velas encendidas clareaban la negritud que nos rodea. Fieles junto a María que es Soledad, Dolores y por siempre Rosario. Rezos apagados, lento caminar. Esta noche nadie es más que nadie porque es la noche de María sin más ni más.

Respeto, quietud, tristeza con sabor a luto porque Cristo ha Muerto y María está sola.

¿Sola en Villaluenga? ¡Ni imaginarlo puedo!

Aquí, en este bendito pueblo no se puede sentir sola porque siempre está en presencia, oraciones, recuerdos de los hijos de este bendito lugar sean de aquí o de allá, residan o no en Villaluenga del Rosario.

Sí, dentro de unas horas todo volverá a ser Alegría porque el que decían Muerto ha Resucitado aunque ahora lloremos la muerte de Cristo y la Soledad de María.

Jesús Rodríguez Arias 







Fotos: Jesús Rodríguez Arias


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