domingo, 13 de abril de 2014

LA MÚSICA, LAS COFRADÍAS Y OTRA SEMANA SANTA; POR JOSÉ MARÍA VIEYTES BEIRA.




   Decir que la música es un elemento armónico en los desfiles procesionales de las cofradías y hermandades, salta a la vista. Y si además, la consideramos como una manifestación cultural y artística que sin duda lo es -entonces- su participación resulta poco menos que imprescindible. 

   Cuando una banda de cornetas y tambores o de música suena bien y consigue conjugar perfectamente los factores esenciales de la composición con la interpretación y a continuación el público crea un ambiente único y exclusivo, posibilita sin duda que el acto en cuestión sea todavía más hermoso, solemne y emotivo.



   Esos principios fundamentales, se logran armonizando el momento de la partitura escogida con la ejecución del trabajo bien hecho en el lugar adecuado. Es justamente el punto donde se produce la conexión: la música ha calado levantando nuestro ánimo; ha elevado nuestro espíritu, inculcándonos nobles sentimientos y sobre todo, nos ha dispuesto a presenciar emocionados más de cerca las escenas bíblicas de una pasión que contemplamos seguramente sobrecogidos. 

   Las cofradías y hermandades, conscientes de este hecho, se esfuerzan para que las contrataciones de sus bandas sean así concebidas; adaptándolas a las características propias de sus respectivos misterios y a sus necesidades también en cuanto a sus recursos económicos, ciertamente escasos y en ocasiones prohibitivos. 

   Recordando años pasados, afortunadamente, la Isla cuenta hoy con diversas agrupaciones y bandas de cornetas y tambores y de música de distintas procedencias: militares, particulares, de asociaciones, de las propias cofradías -que apostaron por ellas- y de instituciones incluida la municipal. Sin embargo son insuficientes debido al elevado número de ellas y a las coincidencias en los días y en los horarios de sus salidas. 

   Por eso, es de suma importancia que las cofradías y hermandades acierten con sus bandas, que las elegidas sean las más idóneas y que las notas musicales de sus marchas, nos proporcionen el deleite de una lucida y fervorosa Semana Santa con la que todos los cofrades soñamos y deseamos. La música también es otro placentero camino de llegar más cerca de Jesús y de su Santa Madre en este: OTRO AÑO Y OTRA SEMANA SANTA. Sí, porque la Semana Santa ha empezado y no por repetitiva menos deseada. Las cofradías y hermandades ultiman los postreros detalles de lo que para ellas, constituyen el exponente máximo del duro y sacrificado trabajo de todo un año, para que sus salidas procesionales; sean auténticas salidas y verdaderas estaciones de penitencias, como muestra piadosa de protestación pública de fe, oración, sacrificio, amor y penitencia. 

   En las casas, raras en las que no. Hay al menos, una túnica colgada primorosamente planchada esperando el momento de tomar nunca mejor dicho cuerpo, alma y vida de la persona que se propone vestirla con la digna intención de acompañar en penitencia a sus amantísimos titulares. 

   Las bandas de música, ensayan, seleccionan y acomodan las marchas a sus exigencias y a las características propias de cada hermandad o cofradía, como se ha referido anteriormente, ajustándolas a sus itinerarios y a los lugares donde deben ser interpretadas… Los cargadores se reparten los pasos entre sus capataces y cuadrillas, ilusionados por el deseo de “cargar” el Cristo, la Virgen o el misterio de sus amores… Los fotógrafos preparan sus cámaras y el material necesario esperando captar esa codiciada instantánea en el marco mas adecuado.   

   Y por fin llega el Domingo de Ramos que hasta el de Resurrección nos va a presentar y a representar distintas escenas de la Pasión de Cristo. Y  para recibirla, dos acontecimientos especialmente en este año, nos han dejado la muestra de una rica estela cofrade y cristiana, que nos marca el camino mediante dos frases singulares y significativas. Una, tomada del sugestivo lema patrocinador de los LXXV años fundacionales de la hermandad de los Afligidos. Y la otra, extraída del excelente trabajo del espectacular pregón de los pregones de José Martín Jiménez Pérez, refrendadas ambas con los siguientes pronunciamientos respectivamente: Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha y La Pasión llama a tu puerta ¿a qué espera? Abre y que entre hasta dentro, y que pase hasta donde quiera.  
 Sí, hermanos cofrades, esta pasión nos llevará a esa otra manifestación popular de explosión de sentimientos, que solamente ya lo dijo el Papa Juan Pablo II en su vista episcopal al Rocío el 14 de junio de 1993, se siente, se vive y se comprende exclusivamente en nuestra querida Andalucía. 

   Y así, la Isla y los isleños, van a encontrarse nuevamente con su Semana Santa en auge de tal manera, que pueblo y cofradías unidos en el fervor y en la espiritualidad, garantizarán, una devota, reluciente y participativa Semana Santa 2014. ¡Qué así sea!

José María Vieytes Beira. San Fernando. Artículo publicado en el semanario local Información el 13.04.14. Y en el blog SED VALIENTES por gentileza de Jesús Rodríguez Arias. 
    

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