viernes, 12 de julio de 2013

"LOS JÓVENES NOS HAN ENSEÑADO A ORAR".



El encuentro de los jóvenes en Río de Janeiro es la segunda Jornada Mundial de la Juventud que se celebra en América Latina: la primera fue en 1987 en Buenos Aires, Argentina, patria no solo del actual papa Francisco, sino también del entonces principal organizador, es decir, el cardenal Eduardo Francisco Pironio. En espera de la visita del papa Francisco, releyendo algunas afirmaciones sobre los jóvenes en 1986 por el cardenal Pironio, no queda sino constatar su sabiduría, actualidad y perfecta sintonía con la enseñanza del papa Francisco.

Los jóvenes nos han enseñado a rezar. [...] De una parte, los jóvenes se sienten llamados a hacer algo. De otro lado, se dan cuenta dolorosamente de la impotencia frente a algunas situaciones. También hay una historia de desilusión ante las propuestas humanas que han fracasado repetidamente. Los jóvenes han pasado de un entusiasmo superficial a una crítica clara. Como objeto de esta crítica no estuvo solo la sociedad y sus dirigentes, sino la misma Iglesia y sus hombres. Los jóvenes quieren una Iglesia más sencilla y pobre, más fraterna y disponible, más comprometida y en oración. [...]
El peor mal de la juventud latinoamericana sería, en mi opinión, la pérdida de la propia identidad: su vocación a la esperanza, su capacidad de comprometerse. La esperanza no es solo esperar un bien para el mañana, sino también su descubrimiento en el presente y el compromiso para realizarlo. Los jóvenes no solo son la esperanza de la sociedad y de la Iglesia futura, sino que ya son los principales arquitectos de la comunidad humana y cristiana [...].
Dos puntos me parecen a considerar y agregar: el sentido de la profundidad y el deseo de participación. Un camino providencial sería impulsar a los jóvenes a una opción preferencial por los pobres. Se complementará así la doble opción hecha por la Iglesia en América Latina: los pobres y los jóvenes.

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