Tercer Sábado de María y este se lo quiero dedicar a otra de mis grandes devociones: La Santísima Pastora de "nuestras" Almas Coronada de San Fernando.
Sí, Madre, a Tí precisamente te quiero dedicar estas torpes palabras que salen de mi corazón sin norte ni concierto pero con el amor de un hijo que te venera, te ama, te necesita todos los días de su vida.
Madre, Tú sabes que te necesito, que anhelo tu compañía, que me lleves de la mano y me cubras con tu manto, que me pastorees hacia verdes prados de felicidad y aunténtico amor. Eres corredentora y llegas a Tu Bendito Hijo como nadie, como solo una Madre puede llegar a su hijo, de corazón a corazón.
Sangre de la Sangre de Jesús: ¡Bendíceme!
Primer Sagrario de Cristo: ¡Ayúdame!
Dulce Nazaretana: ¡Ten Piedad de mí!
Madre y Señora de la Pastora: ¡Ruega por nosotros, estos hijos tuyos que muchas veces vamos descarriados por estos valles de lágrimas!
Tú eres Eterna y te haces presente siempre porque para tus hijos, los que te aman, veneran y se glorían en Ti, todos los días del año es el día de Tu Asunción a los Cielos, es 15 de Agosto.
Protege María a todos tus hijos, mis hermanos que te veneran con el Santo Nombre de Madre y Pastoras de las Almas y en especial a mis queridos hermanos de la Hermandad de la Divina Pastora de las Almas Coronada de San Fernando.
Ruego por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar la Gloria de Jesucristo, Nuestro Bendito Pastorcito Divino.
AMÉN.
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