sábado, 11 de mayo de 2013

DOMINGO INFRAOCTAVA DE LA ASCENSIÓN.

Foto de portada


DOMINGO INFRAOCTAVA DE LA ASCENSIÓN ( Doble - Ornamentos blancos ) 2º Clase

El día de la Ascensión nos llenábamos de alegría por el triunfo de Cristo, que es también el nuestro; pero hoy su ausencia arroja sobre nosotros un velo de melancolía. Él ha subido a los Cielos, y, aunque es verdad que prometió no dejarnos huérfanos, el Espíritu Consolador no ha venido todavía. Llena de nostalgia, la Iglesia "eleva su voz hacia Él y busca su rostro" (Introito). Antiguamente le buscaba hasta de una manera sencilla, reuniéndose como lugar de estación en la iglesia de Santa María "ad Mártyres", en el viejo Panteón de Agripa, donde se guardaba el lienzo de la Verónica. Es una Misa llena de calor, de añoranza y de esperanza. San Pedro nos habla del poder de la caridad (Epñistola), que realiza la unidad de los que creen en Cristo. El Evangelio nos prepara a recibir el Espíritu Santo, que es el que ha de infundir en nosotros el temple viril de los mártires. La Iglesia ama y padece. En el amor se verá si vive en nosotros el Espíritu de Dios; pero el amor se prueba en las contradicciones y en los sufrimientos. En la prueba recordemos las palabras de Cristo: "Padre: cuando estaba con ellos, Yo los guardaba; pero Yo vuelvo a Ti. No te ruego que los saques del mundo, sino que los libres del mal" (Comunión).

Epístola: Lección de la Epístola del Apóstol S. Pedro (4,7-11)

Movidos por la caridad, debemos obrar todos con miras al bien común, poniendo en juego las propias facultades y las gracias particulares que hemos recibido de Dios, para que en todo sea Él honrado. 

"para que en todo sea Dios glorificado, por Jesucristo, Nuestro Señor" .
Esta hermosa frase de San Pedro: ut in omnibus honorificetur Deus: "para que en todo sea Dios honrado", que San Benito estampó en su Regla, reemplazando "honorificetur" por "glorificetur" (sea glorificado", viene siendo, desde tiempo inmemorial, el tema de la Orden Benedictina, del que es un calco feliz el "Ad Majorem Dei Gloriam" de la Compaía de Jesús.

Evangelio: Continuación del Santo Evangelio según San Juan (XV, 26-27; XVI, 1-4) 

Asistidos por el Espíritu Santo Consolador, que Jesús va a envirle del Cielo, la Iglesia y sus ministros se dedicarán a dar testimonio de Dios, mal que pese a sus enemigos y perseguidores, los cuales, tan cegados estarán a veces en su sectarismo, que decretarán martirios y destierros, creyendo honrar así a la misma Religión. 

"Os expulsarán de las sinagogas". 
Os echarán, por consideraros apóstatas de su religión, excomulgados y personas que hay que repeler.

"llega la hora en que cualquiera que os diere muerte, pensará hacer un servicio a Dios". 
Y esto os harán, porque no conocieron al Padre ni a mí. Hoy también, los perseguidores del clero y de las Órdenes Religiosas quieren hacer creer al vulgo ignorante y crédulo que, al despojarlos de sus bienes y expulsarlos de sus casas e iglesias, hacen una obra de civilización y de cultura y hasta de depuración religiosa. Sin llegar a este extremo, muchos buenos cristianos, al criticar sin escrúpulos a los mandatarios de la Iglesia, también quieren hacer creer que lo hacen por celo santo.
DOMINGO INFRAOCTAVA DE LA ASCENSIÓN ( Doble - Ornamentos blancos ) 2º Clase

   El día de la Ascensión nos llenábamos de alegría por el triunfo de Cristo, que es también el nuestro; pero hoy su ausencia arroja sobre nosotros un velo de melancolía. Él ha subido a los Cielos, y, aunque es verdad que prometió no dejarnos huérfanos, el Espíritu Consolador no ha venido todavía. Llena de nostalgia, la Iglesia "eleva su voz hacia Él y busca su rostro" (Introito). Antiguamente le buscaba hasta de una manera sencilla, reuniéndose como lugar de estación en la iglesia de Santa María "ad Mártyres", en el viejo Panteón de Agripa, donde se guardaba el lienzo de la Verónica. Es una Misa llena de calor, de añoranza y de esperanza. San Pedro nos habla del poder de la caridad (Epñistola), que realiza la unidad de los que creen en Cristo. El Evangelio nos prepara a recibir el Espíritu Santo, que es el que ha de infundir en nosotros el temple viril de los mártires. La Iglesia ama y padece. En el amor se verá si vive en nosotros el Espíritu de Dios; pero el amor se prueba en las contradicciones y en los sufrimientos. En la prueba recordemos las palabras de Cristo: "Padre: cuando estaba con ellos, Yo los guardaba; pero Yo vuelvo a Ti. No te ruego que los saques del mundo, sino que los libres del mal" (Comunión). 

Epístola: Lección de la Epístola del Apóstol S. Pedro (4,7-11)

   Movidos por la caridad, debemos obrar todos con miras al bien común, poniendo en juego las propias facultades y las gracias particulares que hemos recibido de Dios, para que en todo sea Él honrado. 

"para que en todo sea Dios glorificado, por Jesucristo, Nuestro Señor" .
Esta hermosa frase de San Pedro: ut in omnibus honorificetur Deus: "para que en todo sea Dios honrado", que San Benito estampó en su Regla, reemplazando "honorificetur" por "glorificetur" (sea glorificado", viene siendo, desde tiempo inmemorial, el tema de la Orden Benedictina, del que es un calco feliz el "Ad Majorem Dei Gloriam" de la Compaía de Jesús.

Evangelio: Continuación del Santo Evangelio según San Juan (XV, 26-27; XVI, 1-4) 

    Asistidos por el Espíritu Santo Consolador, que Jesús va a envirle del Cielo, la Iglesia y sus ministros se dedicarán a dar testimonio de Dios, mal que pese a sus enemigos y perseguidores, los cuales, tan cegados estarán a veces en su sectarismo, que decretarán martirios y destierros, creyendo honrar así a la misma Religión. 
 
"Os expulsarán de las sinagogas". 
Os echarán, por consideraros apóstatas de su religión, excomulgados y personas que hay que repeler.

"llega la hora en que cualquiera que os diere muerte, pensará hacer un servicio a Dios". 
Y esto os harán, porque no conocieron al Padre ni a mí. Hoy también, los perseguidores del clero y de las Órdenes Religiosas quieren hacer creer al vulgo ignorante y crédulo que, al despojarlos de sus bienes y expulsarlos de sus casas e iglesias, hacen una obra de civilización y de cultura y hasta de depuración religiosa. Sin llegar a este extremo, muchos buenos cristianos, al criticar sin escrúpulos a los mandatarios de la Iglesia, también quieren hacer creer que lo hacen por celo santo.

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