Ya
estamos en mayo, en Andalucía es sinónimo de buen tiempo, no hace ni calor ni frío, aunque Lorenzo está
apretando este año. El ambiente que se respira es diferente al resto del año,
la vida se ve de otra manera. Se puede decir que la mejor vitamina para un andaluz es el sol. Una vez oí decir a
Antonio Banderas que Andalucía no es solo una zona geográfica de España, sino
que es un estilo de vida, y es verdad. Y ahora en mayo se nota más ese estilo
de vida.
Un
ejemplo de ese estilo de vida es la playa. No se como será en el resto de
España pero ir a la playa es un encuentro familiar . Va desde la abuela hasta
la nieta que lleva pañales, pasando por todos los cuñados, hermanas y hermanos y primos y
por supuesto la protagonista del día que no es otra que la nevera. Esa nevera
que hay de todo desde la cerveza del padre hasta los batidos de chocolate para la merienda de los niños.
A
la hora de comer hacen un despliegue de comida que ni en el restaurante de
moda, los filetes empanado, la tortilla
de patatas, o como se dice aquí de papa, los pimientos fritos, las ensaladas,
el gazpacho y un largo etc. Y después de comer el bingo, las cartas, el parchís
y los más sofisticado el Monopoli. Después de la merienda y tras el último baño
de los niños toca el turno de irse a casa.
Así
he vivido yo, cuando era pequeña, los fines de semana en verano y la verdad
recuerdo esos sábados y domingos con mucha felicidad y alegría. En mi familia
era algo particular solamente jugaban a las cartas mi abuela, mi madre, mi tía
y mi hermana. Yo jugaba con los demás niños que ya eran parte de la familia
porque nos veíamos todos los fines de semanas. Mi padre no jugaba a las cartas
después de comer se ponía a leer y mi tío
a dormir la siesta.
Ya
han pasado los años y ahora disfruto de la playa de otra manera, aunque para
ser sincera no soy muy playera, el motivo es la tensión. Tengo la tensión baja
y con el calor lo paso mal pero me gusta ir y aprovecho para leer.
Y
os recomiendo un libro que a mí me llego de casualidad. Un mes fui a comprarle
a Jesús una revista de esas de viajes en donde te explica como ver en cierto país, los museos que tiene que
visitar y cuales son los mejores
restaurante para ir a comer y todas
estas cosas que nos gustaría hacer pero que no podemos y nos conformamos con leyéndolo
en las revistas. Pues al comprar la revista me dijo nuestro amigo Paco el dueño
del quiosco que por un euro más o dos, no recuerdo bien, me regalaba un libro. Me
lo enseño me gusto como estaba encuadernado y la portada que tenia. Y me lo
llevé.
En
cuanto llegue a casa a Jesús le di la revista y yo me quede con el libro. Leí
la sipnosis del libro y pensé otro Nombre de la Rosa pero en Español, Pero
cuando leí la biografía de la escritora me anime y me dije este será diferente.
Y no me equivoque. Que libro mas maravilloso, su titulo Los Asesinatos del
Numero Primo y su autora Reyes Calderón. La protagonista del libro es una juez
que se llama Lola Machor, y tiene que
investigar un robo y a continuación un asesinato que se ha cometido en el
monasterio de Leire, un monasterio benedictino que se encuentra muy cerca de
Pamplona.
Es
maravillo leer una libro que no ofenda a tu religión y que la trate con la
mayor delicadeza, que la protagonista sea una mujer normal, madre de familia y
trabajadora que lleva por delante su trabajo y su casa, y sobre todo enamorada
de su marido. Reyes Calderón nos demuestra que para hablar del amor no se necesita narrar
escenas de sexo. Sino que lo explica con
los detalles que tiene la pareja (Lola Machor y su marido el doctor Garroche),
el respeto, la compresión que se tienen ellos dos y la libertad que se tienen y
se respeta. Y todo esto envuelto en una investigación de asesinato. El libro es muy entretenido, consigue estar
en suspense durante toda la obra y no puedes dejar de leer.
Yo
disfrute mucho, muchísimo y esta dentro mi lista de libros preferidos. Espero
que disfrutéis con el.
Hetepheres
Benitez Collantes
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