sábado, 9 de marzo de 2013

¡QUÉ NOS PREOCUPAN LAS COSAS DE LOS DEMÁS!

¡Hay que ver lo preocupado que estamos siempre con las cosas que hacen los demás!

No me quiero extender mucho en este post porque hoy no soy el protagonista, lo es el artículo que ha escrito Hetepheres en su sección "Desde la chimenea". Pero al ver los comportamiento de muchos de los que nos rodean me hago preguntas y me planteo cuestiones que hoy quiero poner en este blog.

Estamos todos los días mirando a ver que hace el amigo, vecino, compañero de trabajo, hermano, lo que sea. Estamos deseando ponerle el "sanbenito" a todo el mundo: Que si está enamorado, que si manifiesta su opinión, que si se ha creído alguien, que si se va al pueblo o a la ciudad, que si tiene dinero, que de donde lo saca, qué se ha creído, que si está en un  pedestal, que, que, que...

Así nos podemos pasar años enteros mirando todo lo que hacen los demás sin fijarnos en las verdaderas manchas y nubarrones que tenemos nosotros en nuestras vidas.

Si en vez de "preocuparnos" tanto de los demás, si mitigáramos la envidia que nos corroe, si no quisiéramos aquel o cual cargo que nos sirva para el fin primigenio: "Ostentación ante los demás de méritos adquiridos que se convierten, al fin y al cabo, en deméritos nuestros", si de verdad nos PREOCUPÁRAMOS de los DEMÁS, abriendo los brazos no porque tenga más o menos sino porque lo consideramos como verdaderos hermanos y a un hermano no se le tiene envidia, rencor, ni se le desea mal.

Jesús nos dijo que mirásemos a nuestras particulares "vigas" antes de criticar a los demás. No seamos como esos sepulcros blanqueados que están putrefactos por dentro, seamos almas limpias, corazón sano, espíritus elevados para dar la mano en vez de criticar que es otra forma de asesinar porque mientras vilipendiamos a los otros estamos asesinando su prestigio, su  honor, su credibilidad y eso, no lo olvidemos nunca, es ASESINAR.

Mis queridos hermanos:

Os deseo todo lo mejor para este fin de semana, nosotros nos iremos a Villaluenga del Rosario porque allí somos felices y nos reciben con los brazos abiertos y si alguno nos crítica por ello: ¡Peor para ellos!

Un fuerte abrazo y que Dios nos bendiga.

Jesús Rodríguez Arias

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