domingo, 10 de marzo de 2013

"LOS CRISTIANOS TENEMOS QUE DAR EJEMPLO DE ENTENDIMIENTO Y VIDA EN FRATERNIDAD".


tudiocesis.com

Entrevistamos al catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Cádiz, Manuel Bustos, con motivo de la conferencia “Fe, Cultura y Razón”, pronunciada dentro del ciclo “La fe te hace llegar”.
La fe y la razón son dos formas de convicción que siempre han ido de la mano y a la vez enfrentadas. ¿Cómo entiende usted esta relación?
Eso es producto de las circunstancias históricas. Habría que hacer un recorrido a lo largo de los siglos de la modernidad, sobre todo durante la época contemporánea, para ver cómo se va produciendo ese divorcio que ha sido nefasto para el ser humano. La razón y la fe durante mucho tiempo estuvieron unidas y deberían de seguir unidas. Ha habido un mal entendimiento entre las dos, a veces invasión de terreno del uno y del otro, que han dado como consecuencia lo que estamos viviendo ahora.
Usted es una persona cercana a la Iglesia. ¿Cómo la ve, como institución, en la sociedad actual?
A mí la Iglesia me preocupa por todas las circunstancias que están ocurriendo. Eso no quita que uno tenga esperanza, pero su presencia social es, todavía, muy débil. No hay una correspondencia entre ese 70% de personas que se declaran católicas y la presencia real que luego existe en la vida pública, que es muy escasa.
Y como catedrático de Historia, ¿qué le parece la evolución de la Iglesia a lo largo de los años?
Más de veinte siglos dan mucho de sí. Ha habido luces y sombras. Dentro de los momentos malos destaca la época del Renacimiento, finales del siglo XV y principios del XVI, donde se dieron una serie de circunstancias que hicieron que tuviésemos un papado y unos sacerdotes muy deficientes. Con el Concilio de Trento vino un tiempo más luminoso, con grandes reformas que hicieron mantener los cimientos de la Iglesia hasta el Concilio Vaticano II. El siglo XVIII fue también flojo y en el XIX vuelve a resurgir con muchas creaciones de compañías religiosas. A partir de ese momento se entra en un periodo muy difícil, con el vaciamiento de los seminarios, las apostasías generalizadas de los fieles…; hasta llegar al día de hoy con toda la polémica de Vatileaks.
En este Año de la Fe, ¿cuál cree que sería la mejor manera para evangelizar?
No vamos a negar que es una tarea difícil, pero creo que en primer lugar hay que rezar mucho y pedirle al Señor que ilumine las mentes y los corazones de las personas porque sin Él no podemos hacer nada. En segundo lugar creando comunidades más misioneras y más vivas, para lo que se necesita que nosotros, los cristianos, demos ejemplo de entendimiento y de vivir una vida de fraternidad. Como último aspecto un impulso misionero hacia el exterior, vivo, eficaz y convencido, utilizando los medios que hoy nos ofrece la sociedad moderna. Tenemos que ofrecer una clara identidad de lo que significa ser católico.
Por último, a finales de 2012 fue usted elegido Gaditano del Año, ¿qué ha supuesto para usted esta distinción?
Sobre todo una satisfacción muy grande. Que te reconozcan de esta manera te eleva la moral, te hace pasar un rato muy agradable. Después de esto, vuelves a la realidad del día a día y hay que tirar para delante. El que seas Gaditano del Año no cambia tu vida, pero sí es un estímulo, sobre todo en el momento que vivimos los docentes, en el que los estímulos nos faltan.

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