Ahora me voy para el Palacio de Villapanés, en
Jerez, porque se van a inaugurar las Jornadas de Católicos y Vida Pública que
organiza la Asociación Católica de Propagandistas de cuyo Centro pertenezco
aunque no quiero dejar de escribir este post porque no sé a que hora volveré.
Hoy quiero escribir palabras que brotan del
corazón de un buen amigo, de un verdadero hermano en la fe que nos une y a cuyo
apostolado como camino de evangelización ha dedicado gran parte de su vida.
Serían las siete de la mañana, después de terminar
mis rezos y oraciones, cuando abro facebook y me encuentro con una sorprendente
y, para mí, triste noticia. El ejemplar diario digital “SAN FERNANDO COFRADE”,
que dirige mi querido hermano José Carlos Fernández Moscoso, informaba de la
dimisión de Rafael Valverde como Hermano Mayor de mi querida Hermandad de la
Vera+Cruz de San Fernando. Motivos personales han motivado que se decante por
esta difícil decisión.
Sé, por experiencia propia, que esta decisión no
es para nada fácil de llevar a cabo sino tremendamente dolorosa aunque cuando
se toma, los motivos han tenido que ser de mucho peso, no es para dar marcha
atrás. Desdecirse de decisiones tomadas de tal magnitud no resultan procedentes
ni fiables.
Quiero y admiro a Rafa, su dignidad ante todos los
envites que ha tenido que soportar en la vida le hacen merecedor de esos
sentimientos. Es un buen hombre en toda la grandeza de la expresión, es un hombre de fe con
profundos sentimientos religiosos que demuestra día a día y en su día a día. Ha
sido un Hermano Mayor que se ha distinguido por ser un servidor de todos,
humilde y sencillo como Dios nos quiere a cada uno de nosotros.
Ha tenido que “lidiar” con problemas de enorme
magnitud y lo ha hecho enfrentándose a los mismos de cara, no desde los
recovecos que es lo que nos tienen habitualmente acostumbrados en un mundo cada
vez más superficial, tomando decisiones difíciles en bien de su Hermandad y,
sobre todo, de sus Amados Titulares.
Me imagino que para la querida y antigua Hermandad
de Vera+Cruz, para todos los hermanos y para los que no lo somos pero nos
sentimos parte de la misma, no es un día fácil sino todo lo contrario. La
marcha de un Hermano Mayor siempre es difícil de asumir y más cuando el Hermano
Mayor ha reunido tantas virtudes como Dios ha querido adornar a mi querido
Rafael Valverde.
El Miércoles Santo, si Dios así lo permite, cuando
salga a la calle ese misterio pasional que apasiona a cuántos lo presencian y
nos evoca recuerdos de toda la vida ofreceré mis oraciones, mis sentimientos
por todos los que por mantener sus creencias o su forma de pensar tienen que
pagar altos “tributos” ante una Sociedad cada vez más deshumanizada, donde por
defender nuestra fe la persecución puede llevar a la muerte. Es mi especial
recuerdo a todos los cristianos perseguidos del mundo.
En esta particular Cuaresma de nuestras vidas
donde están sucediendo hechos históricos en la Santa Madre Iglesia, con la Renuncia
de Benedicto XVI al Ministerio Petrino así como las reuniones que está
manteniendo el Colegio Cardenalicio para enclaustrarse en Cónclave que elija,
por obra del Espíritu Santo, al nuevo Papa que dirigirá la Santa Madre Iglesia
a partir de ahora.
En esta típica Cuaresma de carteles y conciertos
de marchas, de pregones y más pregones, de Vía-Crucis por doquier, en esa
normalidad que estamos acostumbrados de tanta actividad ante tanta monotonía,
hoy nos sacude esta noticia, dolorosa y triste, de la dimisión de Rafael
Valverde como Hermano Mayor de la Hermandad de Vera+Cruz. Deja el cargo un
hombre muy válido aunque Dios seguro que le estará preparando otro cometido
porque, no olvidemos, que cuando se cierra una puerta se abre una ventana donde
entran luminosos rayos de luz y un aire tan fresco que nos regenera por todos
los lados.
Rezo a Dios por los hombres y mujeres que
conforman la Junta de Gobierno de la vieja Hermandad cristeña porque suplir
esta destacada ausencia y todo lo que conlleva puede resultar muy difícil y
solo a la Vera+Cruz de Nuestro Señor Jesucristo y con el Mayor Dolor de María
podemos seguir para adelante en nuestra misión, en nuestro particular
apostolado.
Mi querido Rafa:
Recibe mis ánimos, mi apoyo personal, mi sincera
comprensión y mi amistad. Hoy este post y este blog, al que sigues a diario y
tanto has apoyado, es tuyo.
Recibe un fuerte abrazo desde la admiración, el
cariño y el respeto mi querido amigo, mi querido hermano,
Jesús Rodríguez Arias
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