lunes, 3 de diciembre de 2012

MONTES DE PIEDAD; POR AGUSTÍN DOMINGO MORATALLA.


Sección - Marinero en tierra
Montes de Piedad     

En calidad de Comisario de la Competencia de la Comisión Europea, Joaquín Almunia ha presentado el documento que establece las condiciones de ayudas públicas para la reestructuración del sistema financiero. Advierte que las Cajas tendrán que despedir más de 8.000 empleados y eliminar casi 1.000 oficinas. Además, para que no compitan en condiciones ventajosas deberán concentrar su negocio en sus regiones de procedencia, en la banca familiar y en la banca minorista.

Se terminaron los experimentos financieros y la economía especulativa, toca volver a los orígenes. Esto no será fácil en el conjunto de cajas agrupadas bajo la marca de Bankia porque la poda puede ser tan intensa que no solo termine con las ramas secas sino con el tronco y la raíz. El descenso de los tipos y la caída de los márgenes sitúan a las entidades al borde del precipicio.

Después de estas declaraciones públicas de Almunia en las que no aparece ningún atisbo de autocrítica para su partido, para sus antiguos compañeros de gobierno y para toda la clase política que ha gestionado el desastre sin ningún escrúpulo moral, Bankia ha dado a conocer su plan estratégico. Resulta cívicamente vergonzoso y moralmente intolerable para una opinión pública madura que ni en las declaraciones de Almunia ni en las páginas del plan estratégico se hable de devolver el dinero, rendir cuentas, exigir responsabilidades y sobre todo, de algo tan sencillo como pedir públicamente perdón por los numerosos daños cometidos.

El espectáculo está servido y tiene más pinta de tragedia que de comedia. En el plan estratégico de Bankia para los próximos tres años hay poca información comprensible para el ahorrador medio. Lo mejor está concentrado en la segunda y última página. Al principio aparece una advertencia legal para recordarnos que esa información carece de valor y no se puede pedir responsabilidades a nadie por lo que allí se dice. Al final se afirma sin convicción alguna que el objetivo es “volver a ser entidad financiera sólida y sostenible…”. 

Esta nostalgia de los orígenes y de los “territorios naturales” exige mayor respeto a los clientes, los trabajadores, las familias y la memoria. Un respeto al capital social, la confianza y la honestidad que estuvo en el origen antiusurero de unas instituciones que la tradición franciscana había puesto en marcha no como agencias de codicia sino como Montes de Piedad.


Agustín DOMINGO MORATALLA
Para el viernes 30 de Noviembre de 2012, en LAS PROVINCIAS. GRUPO VOCENTO


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