jueves, 15 de noviembre de 2012

EL PAPA A LA PLENARIA DEL CONSEJO PONTIFICIO PARA LA PROMOCIÓN DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS.



2012-11-15 Radio Vaticana
(RV).- (Con audio) Este mediodía, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa recibió a los setenta participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos encabezados por el Cardenal Kurt Koch. 
Los estrechos lazos entre la tarea de la evangelización y la superación de las divisiones que aún existen entre los cristianos han sido las claves del discurso que el Santo Padre dirigió a los miembros y consultores de este Dicasterio, con motivo de su Asamblea plenaria dedicada a “la importancia del ecumenismo en la nueva evangelización”.
En efecto, tras el saludo del Cardenal Koch, Presidente del Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos, el Santo Padre afirmó que el camino ecuménico no puede ignorar la crisis de fe en el mundo actual, razón por la cual los cristianos están llamados a dar un testimonio común, a pesar de las divisiones. 
Asimismo, Benedicto XVI manifestó su esperanza de que el Año de la fe contribuya al progreso del ecumenismo. 
 “No se puede recorrer un auténtico camino ecuménico ignorando la crisis de fe que están atravesando vastas regiones del planeta, entre las cuales las que fueron las primeras en acoger el anuncio del Evangelio y donde la vida cristiana durante siglos fue floreciente”. 

Al destacar la necesidad de espiritualidad y, al mismo tiempo, la pobreza espiritual de muchos contemporáneos, el Papa dijo: 
 “Por otra parte, no se pueden ignorar los numerosos signos que atestiguan el perdurar de una necesidad de espiritualidad, que se manifiesta de diversos modos. La pobreza espiritual de muchos de nuestros contemporáneos, que ya no perciben como privación la ausencia de Dios de su vida, representa un desafío para todos los cristianos”. 

El Pontífice explicó asimismo que en este contexto a nosotros, los creyentes en Cristo, se nos pide que volvamos a lo esencial, al corazón de nuestra fe, para dar testimonio juntos del Dio vivo al mundo. Y glosando el Decreto conciliar sobre el ecumenismo, Unitatis redintegratio, es decir sobre la restauración de la unidad, el Obispo de Roma recordó que la división entre los cristianos contradice abiertamente la voluntad de Cristo, y es un escándalo para el mundo, a la vez que daña la santísima causa de la predicación del Evangelio a toda criatura. Porque como dijo el Papa, “no debemos olvidar que la meta del ecumenismo es la unidad visible entre los cristianos divididos”. Y afirmó textualmente:
 En efecto, dar testimonio del Dios vivo, que se ha hecho cercano en Cristo, es el imperativo más urgente para todos los cristianos, y es también un imperativo que nos une, a pesar de la incompleta comunión eclesial que todavía experimentamos.

Benedicto XVI también afirmó que “no debemos olvidar lo que nos une, es decir la fe en Dios, Padre y Creador. Mientras tras subrayar que a la luz de la prioridad de la fe se comprende también la importancia de los diálogos teológicos y de las conversaciones con las Iglesias y con las Comunidades eclesiales en que está empeñada la Iglesia católica, el Papa dijo:
 “Incluso cuando no se vislumbra en un futuro inmediato la posibilidad del restablecimiento de la plena comunión, estos diálogos permiten captar, junto a resistencias y obstáculos, también la riqueza de las experiencias, de la vida espiritual y de las reflexiones teológicas que se convierten en un estímulo para un testimonio cada vez más profundo”.

Después de reafirmar que la unidad no puede ser sólo obra de los hombres sino don de Dios, el Santo Padre invitó a empeñarse y a rezar, reconociendo el carácter positivo de este esfuerzo:
 “El hecho de caminar juntos hacia esta meta es una realidad positiva, pero con la condición de que las Iglesias y las Comunidades eclesiales no se detengan a lo largo del camino, aceptando las diversidades contradictorias como algo normal o como lo mejor que se pueda obtener”. 

En efecto, el Sucesor de Pedro, hacia el final de su alocución, añadió que a través de la unidad visible de los discípulos de Jesús la unidad humanamente inexplicable se reconocerá en el obrar de Dios. Porque como afirmó el Papa, la acción de Dios supera la tendencia del mundo a la disgregación. De ahí su invitación a comprender que el ecumenismo y la nueva evangelización requieren el dinamismo de la conversión, como voluntad sincera de seguir a Cristo”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).

No hay comentarios:

Publicar un comentario