jueves, 12 de abril de 2012

VISITA OBLIGADA A JESÚS SACRAMENTADO.

Quiero compartir con vosotros en esta mañana nublada y con ciertas incertidumbres lo que me motiva a estar todo el día optimista y alegre a pesar de los problemas, que  en cada momento, pueda tener.

Cada mañana, no importa a qué hora, hago una visita obligada a un Gran Amigo. La duración de la visita puede variar, unas veces son cinco minutos y otras muchos más porque cuando esto a su lado, cuando entramos en conversación no me paro a mirar el reloj. Aunque debo confesaros que nunca llevo reloj y utilizo el del móvil para controlar la hora, ya que me lo quitaron por prescripción médica hace diez años motivado por el estrés que tenía en ese momento. 

Cuando voy a su casa, me recibe casi en penumbra, me pone cómodo y me hace sentir cómodo. Yo lo saludo y empezamos la conversación, con palabras que no suelen ser nítidas para el oído humano aunque si para el corazón. Cuando salgo voy tan reconfortado, me siento tan bien que  los problemas ya no lo son tanto porque me siento tan tranquilo y descansado sabiendo que está conmigo en todo momento y me está ayudando siempre.

Mi amigo, el amigo del que les hablo, es Jesús Sacramentado. Él depositado en el Sagrario o expuesto a Veneración Pública, a Él voy a ver todos los días, si estoy en casa suelo hacerlo más temprano y cuando estoy trabajando a media mañana cuando salgo para desayunar. A Cristo le rezo, le hablo, le escucho en el silencio, me reconforta y me da una paz interior, una felicidad constante, un saber que estoy protegido por sus Amorosas Manos en todo momento. Cuando estoy rezando delante suya se me para el tiempo y las preocupaciones tienen todas importancia relativa.

En muchas ocasiones estamos tan liados, tenemos tantos compromisos, tanto trabajo, tanto estrés, tantas obligaciones verdaderas y añadidas que  nos olvidamos de lo más importante: Cultivar la amistad, verdadera, de Jesús hecho Eucaristía. Tienen que venirnos mal las cosas para que nos demos cuenta de la realidad en su dimensión más absoluta.

Ahora, cuando salga a la calle lo primero que haré es acercarme a visitar a mi AMIGO, a orar, encomendarme y escuchar lo que quiera decirme para el bien de mi vida, de mi conciencia, de mi corazón. Si  nuestro interior es rico eso lo proyectamos al exterior y podremos, aunque no lo creamos, ayudar a los demás. Eso quiere Dios de  nosotros que seamos Testigos de la Verdad porque ya sabemos que la Verdad nos harás Libres. ¡Hace falta tanta LIBERTAD en nuestro mundo!

¡No esperes más, ve a visitar a Jesús que te está esperando en el Sagrario! ¡Es lo mejor que puedes hacer y  nunca te arrepentirás!

No hay comentarios:

Publicar un comentario