miércoles, 11 de abril de 2012

LA RENUNCIA DE SANTORUM PONE A ROMNEY LA CANDIDATURA EN BANDEJA.

Internacional | La Gaceta


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    Rick Santorum durante la rueda de prensa en la anunció su renuncia a la carrera republicana. GETTY
    PRIMARIAS REPUBLICANAS EN EE UU

    La renuncia de Santorum pone a Romney la candidatura en bandeja

    11 ABR 2012 | C.B.M/AGENCIAS
    El exsenador alega razones familiares para abandonar la carrera por la nominación republicana. Ya pocos dudan de que Mitt Romney será el candidato republicano a las presidenciales de noviembre.
  • “La carrera ha acabado para mí”. Era el favorito de las bases del Partido Republicano y la sorpresa de la campaña pero ayer el ex senador por Pensylvania Rick Santorum anunció su retirada de la carrera por la candidatura para enfrentarse a Barack Obama en noviembre. La razón aducida: el delicado estado de salud de su hija Isabella, hospitalizada el fin de semana con neumonía. “He pasado unas días cuidando de mi hija enferma y he tenido tiempo para rezar y pensar, y he decidido con mi familia que lo más importante es ser el mejor padre posible”, afirmó en rueda de Prensa en Gettysburg.
    La retirada de Santorum, que había logrado plantarle cara al favorito Mitt Romney y era el segundo en número de delegados, pone en bandeja al mormón la candidatura ­aunque todavía tiene el 60% de los delegados necesarios –con permiso de Newt Gingrich y Ron Paul, que siguen adelante–. Pero ya pocos dudan de que el 6 de noviembre, Mitt Romney será el que pelee para devolver la Casa Blanca a los republicanos tras los cuatro años de Obama. Ya hay quien apunta que un Romney-Santorum no sería mal ticket republicano.
    Y como en política todo es posible, después de semanas criticando a Romney por ser “el peor candidato posible para medirse contra Obama”, Santorum le llamó ayer para ofrecerle “toda la ayuda posible”, según la CNN. Porque el objetivo ahora es unirse contra el verdadero enemigo: el Partido Demócrata y el presidente.
    Rodeado de su familia, Santorum agradeció a su equipo y los que le han apoyado asegurando: “Son vuestras historias, las de los votantes, las que importan en esta campaña, en la que he tratado de demostrar cómo se está quebrando el sueño americano”.
    Su discurso conservador, católico, antiabortista y tradicionalista, le granjeó los apoyos del sector más conservador, de evangélicos y de las bases rurales del partido, con cuyos votos puso en evidencia la falta de "golpe" de Romney, ex gobernador de Massachusetts, favorito en la encuestas y el que más fondos ha recaudado. Sin embargo, su perfil ultraconservador le alejaba de los independientes, clave en noviembre.
    Hijo y nieto de inmigrantes irlandeses e italianos, y casado desde hace 21 años con Karen Garver, a los 53 años de edad y con siete hijos, Santorum, ex senador de Pensilvania, emprendió en abril pasado su campaña por la candidatura presidencial.
    Su ascenso fue meteórico. En diciembre se recorría Iowa en una camioneta con un puñado de asesores y venció allí dando una lección al multimillonario Romney que contaba con llevarse la candidatura sin apenas pelear. Tras Iowa, vinieron Colorado, Minesota, Missouri, Dakota del Norte, Oklahoma, Tenessee, Kansas, Alabama, Mississippi y Lousiana. Ganador de las primarias republicanas en 11 estados, entre ellos la simbólica plaza de Iowa, Santorum había conseguido situarse segundo en la carrera antes de la convención que proclamará al candidato republicano a finales de agosto en Tampa (Florida), al obtener 275 delegados, frente a los 659 de Romney.
    Pero en las últimas semanas, su candidatura comenzó a atravesar problemas. La arrolladora maquinaria de Romney comenzó a actuar contra él tratando de convencer a todos de que Santorum nunca ganaría unas elecciones contra Obama. Y lo ha conseguido.
    Adversario decidido del aborto y el matrimonio homosexual, y defensor del "diseño inteligente", la idea de que en las escuelas públicas se enseñe, la noción de que el Universo fue creado por un ente superior, hecho mano en muchas ocasiones de la Biblia para explicar como dirigiría el país si fuera presidente.
    En política exterior, Santorum avaló la Guerra contra el Terror del ex presidente George W. Bush, a quien admira, y respaldó de forma entusiasta la invasión de Irak en 2003. Sus advertencias acerca de la amenaza del islamismo son constantes y apoya una intervención en Irán si no cesa el programa nuclear. La revista Time le nombró en 2005 uno de los 25 evangélicos más influyentes de América, pero un año más tarde perdió la reelección al Senado, lastrado en parte por su apoyo a Bush. Desde entonces se dedicó a su profesión de jurista y se preparó para la carrera presidencial de la que se marcha sin cambiar un ápice de su discurso conservador y religioso.
    En materia económica, es un resuelto conservador en materia fiscal y rechaza abiertamente las subidas de impuestos y las regulaciones gubernamentales sobre la industria. Para alcanzar la estabilidad fiscal, había apoyado, como la mayoría de los sus contrincantes republicanos, recortes en los programas de asistencia social y se mostró a favor de la privatización del Seguro Social.
    En este sentido, no desaprovechó la polémica surgida durante la campaña por la nueva ley de sanidad aprobada por la actual administración y arremetió en repetidas ocasiones contra el llamado "Obamacare" y acusó a Romney de aprobar regulaciones similares cuando fue gobernador de Massachusetts.
    El exsenador fue uno de los promotores de una reforma en 1996 que recortó los beneficios sociales y en su opinión "permitió que millones de estadounidenses salieran de la asistencia social y entraran en la fuerza laboral". La ley, que modificó las normas que definen qué individuos o familias tienen derecho a los programas de ayuda del gobierno, y redujo el contingente de personas en los programas públicos de ayuda.
    En 2006 Santorum se opuso en el Senado a una propuesta de reforma integral de la ley de inmigración. Los inmigrantes indocumentados, en su opinión, no deberían recibir ayuda de programas del Gobierno y tendrían que ser deportados.
    Santorum agradeció hoy a todos los simpatizantes y votantes su apoyo durante casi un año de campaña, en la que trató, dijo, de "devolver la esperanza" al país recuperando los valores tradicionales de la familia, la religión y la libertad individual.
    "Esta campaña presidencial ha terminado para mí pero seguiremos luchando por nuestros principios", dijo rodeado de su mujer y sus hijos.

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