viernes, 6 de abril de 2012

EL PREDICADOR DEL PAPA AFIRMA QUE "EL PARAÍSO PROMETIDO ES LA PAZ DE CONCIENCIA".

La razón



El predicador del Papa, el padre capuchino Rainiero Cantalamessa, ha explicado que "el paraíso prometido es la paz de conciencia", en su tradicional homilía del Viernes Santo pronunciada en la celebración de la Pasión del Señor en la Basílica de San Pedro, una ceremonia presidida por el Papa Benedicto XVI.

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El predicador del Papa afirma que "el paraíso prometido es la paz de conciencia"
Diccionario Inteligente
6 Abril 12 - Roma - Ep
Al inicio de la celebración, el Papa se ha puesto de rodillas algunos minutos frente el altar y ha rezado en silencio en signo de adoración y de penitencia. Tras la liturgia de la palabra, que este año ha sido la narración de la pasión del evangelio según San Juan y ha sido cantada por tres diáconos y el coro de la capilla sixtina, el padre Cantalamessa, ha pronunciado la homilía. 

En ella ha explicado que "hay una diferencia sustancial entre la representación de la muerte de Cristo" y cualquier otro personaje muerto, porque "nadie atiende, siendo vivo, al aniversario de su muerte, Cristo sí, porque El ha resucitado" y citando el libro del Apocalipsis ha afirmado que Sólo Jesús puede decir "Estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos". 

Durante la homilía el predicador de la casa pontificia se ha detenido en la figura del buen ladrón que "confiesa completamente su pecado" y refiriéndose a los delitos de los últimos tiempos, casos aún sin resolver ha resaltado que "el buen ladrón lanza un llamado a los responsables" para que confiesen su culpa. 

Ha añadido que muchos "reos confesos pueden confirmar que fue así también con ellos, pasaron del infierno al paraíso el día que tuvieron el coraje de arrepentirse y confesar su culpa". 

El padre Cantalamessa ha explicado que "el paraíso prometido es la paz de conciencia, la posibilidad de mirarse en el espejo y mirar a los propios hijos sin necesidad de tener que despreciarse" por lo que ha exhortado a no llevarse los secretos a la tumba. 

En este sentido, el predicador de la casa pontificia ha expresado que en una buena confesión "te despojas de tus trapos sucios, los pecados, recibes el baño de la misericordia y te levantas cubierto por ropas de fiesta, envuelto en manto de victoria". 

Después de la predicación del padre Cantalamessa, el pontífice ha besado la cruz y se ha quitado la casulla y los zapatos en signo de penitencia, después ha presentado la cruz en adoración a los fieles. 
 

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