domingo, 8 de abril de 2012

BENEDICTO XVI OFICIA AL SUGESTIVO Y ANTIGUO RITO DE LA VIGILIA PASCUAL.


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    Iglesia | La Gaceta
    Benedicto XVI durante la Vigilia Pascual celebrada en la basílica de San Pedro. | GETTY
    LA "MADRE DE TODAS LAS VIGILIAS"

    Benedicto XVI oficia el sugestivo y antiguo rito de la Vigilia Pascual

    08 ABR 2012 | GACETA.ES
    El Papa presidió en la basílica de San Pedro del Vaticano la Vigilia Pascual, en cuya homilía dijo que la "oscuridad acerca de Dios y sus valores son la verdadera amenaza para el mundo". 

  • El Papa Benedicto XVI presidió en la basílica de San Pedro del Vaticano la Vigilia Pascual, durante la que administró los sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión a ocho adultos procedentes de Italia, Albania, Eslovaquia, Alemania (dos), Turkmenistán, Camerún y Estados Unidos.
     Al rito asistieron unas diez mil personas, una treintena de cardenales y decenas de obispos y sacerdotes.
     "Lucernario"
     La Vigilia Pascual o "Lucernario" es uno de los ritos más antiguos de la liturgia y se celebra en la noche del Sábado Santo que San Agustín llamó "madre de todas las vigilias", en alusión a la espera de la Resurrección del Hijo de Dios.
     La ceremonia comenzó en el atrio de la basílica vaticana, donde Benedicto XVI bendijo el fuego nuevo y encendió el Cirio Pascual, símbolo de Cristo, "Luz del Mundo".
     Benedicto XVI realizó con un punzón una incisión sobre el cirio pascual, grabando una cruz y la cifra del año 2012, y pronunció en latín: "Christus heri et hodie, Principium et Finis, Alpha et Omega, ipsius sunt tempora et saecula. Ipsi gloria et imperium per universa aeternitatis saecula" (Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. A Él pertenece el tiempo y los siglos, a Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos).
     Después comenzó la procesión hacia el altar mayor, en medio de una total oscuridad en el templo, iluminado poco a poco con las velas de las miles de personas que lo abarrotaban, que fueron encendidas una a una con la llama procedente del Cirio Pascual.
     La "liturgia de la luz"
     Benedicto XVI hizo el recorrido hasta el altar mayor en la peana móvil que utiliza desde hace unos meses para desplazarse por la basílica de San Pedro.
     Una vez llegado al altar se encendieron todas las luces, que dejaron al descubierto las maravillas que encierra la basílica, y comenzó el canto del Exultet, o pregón pascual, un recorrido sintético de la historia de la salvación.
     Tras la "liturgia de la luz" se celebrarán la de la palabra y la bautismal.
     Siguiendo una tradición de la Iglesia primitiva, en la que los catecúmenos (adultos que aspiran al bautismo) eran bautizados en la noche de la Vigilia Pascual, Benedicto XVI, revestido con ornamentos blancos, administrará los tres sacramentos de la iniciación cristiana a los ocho catecúmenos adultos.
     Se trata de tres hombres y cinco mujeres, de edades comprendidas entre los 23 y 46 años.
     Durante la misa se usaron los idiomas español, italiano, francés, inglés, alemán y latín.
    Homilía
    Benedicto XVI dijo en la homilía que la "oscuridad acerca de Dios y sus valores son la verdadera amenaza para nuestra existencia y para el mundo en general".
     "Si Dios y los valores, la diferencia entre el bien y el mal, permanecen en la oscuridad, entonces todas las otras iluminaciones que nos dan un poder tan increíble no son sólo progreso, sino que son también amenazas que nos ponen en peligro, a nosotros y al mundo", afirmó el Pontífice ante unas diez mil personas que asistieron al sugestivo y antiguo rito de la Vigilia Pascual.
     El Obispo de Roma señaló que hoy podemos iluminar nuestras ciudades de manera tan deslumbrante que ya no pueden verse las estrellas del cielo y que ello es la imagen del ser ilustrado, que en las cosas materiales lo sabe todo, pero lo que va más allá, es decir Dios, no es capaz de identificarlo.
     El Papa agregó que la oscuridad amenaza verdaderamente al hombre porque le impide que vea a dónde va el mundo y de dónde procede, "a dónde va nuestra propia vida y qué es el bien y qué es el mal".
     El Pontífice, se refirió a la creación y dijo que los siete días son una imagen de un conjunto que se desarrolla en el tiempo y que están ordenados con vistas al séptimo, "el día de la libertad de todas las criaturas para con Dios y de las unas para con las otras".
     El Obispo de Roma aseguró que la creación está orientada a la unidad entre Dios y el hombre y señaló que el relato del Génesis se inicia con la creación de la luz, mientras que el sol y la luna son creados sólo en el cuarto día.
     "Con ello (al sol y a la luna), los priva del carácter divino, que las grandes religiones les habían atribuido. No, ellos no son dioses en modo alguno. Son cuerpos luminosos, creados por el Dios único, pero que están precedidos por la luz, por la cual la gloria de Dios se refleja en la naturaleza de las criaturas", afirmó el papa teólogo.
     La luz
     Benedicto XI señaló que la luz hace posible la vida, el encuentro, la comunicación, el acceso a la realidad, a la verdad y el conocimiento y que haciendo posible éste último hace posible la libertad y el progreso.
     En su relato, el Papa destacó que el que Dios haya creado la luz significa que creó el mundo como un espacio de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad, espacio del bien y del amor.
     "La materia prima del mundo es buena, el ser humano es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser, que es creado por Dios, sino que existe en virtud de la negación", afirmó.
     Benedicto XVI manifestó que con la resurrección de Cristo, la vida es más fuerte que la muerte, el bien es más fuerte que el mal, el amor es más fuerte que el odio, la verdad es más fuerte que la mentira y la oscuridad se disipa.
    Benedicto XVI oficiará en la plaza de San Pedro la misa del Domingo de Resurrección y después leeráel Mensaje Pascual e impartirá la bendición "Urbi et Orbi" en más de medio centenar de idiomas.

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